Anécdotas del OASIS CATALÁN…
SERÉIS COMO DIOSES
Vida y Andanzas de Luís Pascual Estevill
Biografía escrita por Oriol Malló
Rafael del Barco Carreras
El ¡ALGO HARÍA!, uno de los grandes pilares de la CORRUPCION JUDICIAL, y de la aceptación popular de esa corrupción. Lo leo en Internet, referido a mí. Una expresión que hasta hace poco justificaba los asesinatos de la ETA.
Ese “algo haría” alimentó el negocio del Juez Pascual Estevill y el de todos los corruptos y mafiosos oficiales chupando de “ilegalidades” ajenas, cuando no son ellos los capos directos, tan repetido por las “policías” en el narcotráfico y la prostitución. En la biografía al dictado, casi la hagiografía de un santo, escrita por el periodista (acusado de pertenecer a TERRA LLIURE) Oriol Malló, encandilado por la demagogia progre del juez azote de la burguesía, o pagado por un libro que huele a podrido (en Barcelona ideas y dinero andan muy revueltos), editado por Editorial Espasa Calpe en 2001, en plena eterna “instrucción” o “destrucción” del sumario, el argumento justificativo de las decisiones del juez se basa en la culpabilidad de sus “víctimas”. Doble vertiente, la justificación, que alcanza el absurdo de afirmar que ingresaron 25.000.000 de pesetas en su cuenta suiza sin su conocimiento para acusarle, y un aviso disuasorio a los pocos que mantenían las acusaciones. Y que conste que en cuanto a mí, el libro, aun ateniéndose a los inventados tópicos de las hemerotecas, me concede el alivio de “pardillo” relatando tal cual mi escasa participación en el caso Consorcio, una concesión a mis varias conversaciones y un montón de inútil documentación (en principio el libro debía ser de denuncia). ¡Menudos dioses nos hemos creado!, y ese amoral dios menor antes de entrar en el Olimpo de los dioses mayores fue mi abogado.
Me preguntan porqué no hay “venganzas” al estilo de otros países. Asesinatos de jueces, fiscales o abogados. Les contesto que en mi caso, ni soy un mafioso, ni mucho menos asesino, y que las víctimas, incluso delincuentes profesionales, son infinitamente más débiles que sus verdugos y explotadores. La eterna dictadura funcionarial española ha conllevado su encastillamiento sin fisuras, aunque en los últimos años la gran capacidad financiera del narcotráfico y blanqueo altere su consolidación histórica, y las propias luchas de los corruptos por el PODER les debiliten. Pero abundantes abogados ya han sufrido la en aumento violencia por sus evidentes enredos mafiosos, y sus “oficiales socios” multiplican los guardaespaldas y medidas de seguridad.
Otro de los robustos pilares de LA GRAN CORRUPCION, la propia Prensa, que aun pareciendo más libre que en tiempos de Franco, ha enredado más que divulgado (en particular la de Barcelona). Y si en cuanto a la Tele (la Única) no existía la COCAÍNA ni el hachís o la heroína, o solo referidos a un inframundo marginal, hasta evidencias de celebridades desquiciadas, y el clamor mundial por país abastecedor de EUROPA (VARIOS BILLONES DE PESETAS ANUALES), y el de más consumo, en cuanto a la GRAN CORRUPCIÓN, como plaga y sistema mafioso español, simplemente NO EXISTE. “CASOS AISLADOS” según los ex fiscales jefes vitalicios barceloneses, Mena y Villarejo, o los políticos acusando a sus oponentes de “contubernios contra la Democracia”.
Y cada día las noticias alimentan no ya las sospechas de que LA GRAN CORRUPCION engorda filas, el PODER CORROMPE, ver www.lagrancorrupción.com, con la paradoja que los pocos corruptos pillados por rebasar más allá de toda exageración los límites de su PODER, se trasforman en víctimas para minimizar o anular sus sumarios, librando a familiares, rebajando años de sentencia u obteniendo terceros grados, donde además de dinero entra en juego cierta solidaridad mafiosa o la presión del chantaje entre corruptos, pues en contra de la generalizada idea de la impermeabilidad de la “siciliana”, “calabresa” o el “grand bandidisme” francés, el modelo español es flexible e individualista, sin juramentos ideológicos ni de sangre, en definitiva solo les unen unas circunstancias aportando DINERO Y PODER.