Cesar Vidal
Recuerdo en mis años de colegio haber escuchado el chiste aquel del pobre mendigo que, tras seis días sin llevarse nada a la boca, se desplomaba en medio de la calle. Por en medio de los transeúntes que rodeaban al infeliz, se abría camino un estudiante de medicina que se arrodillaba al lado del pedigüeño, lo observaba con gesto sesudo y dictaminaba:
“¡Empacho!”. El indigente apenas tenía tiempo para abrir los ojos, boquear y decir con un hilo de voz: “¡Qué carrera llevas, hijo!”. Me he acordado del chiste – burla negra del atrevimiento que sólo proporciona la ignorancia – leyendo las últimas declaraciones de ZP en el sentido de que la crisis de las subprime las ha provocado Bush y el liberalismo económico porque en Estados Unidos necesitan una política social-demócrata como la zapateril.
Como ZP tiene una ignorancia enciclopédica – apenas hay algo en una enciclopedia que no ignore – su afirmación sólo puede causar sonrojo e inquietud. Sonrojo porque la crisis de las subprime hunde sus raíces en la política de Clinton de obligar a entidades como Fannie Mae y Freddie Mac a suavizar las medidas hipotecarias para facilitar el acceso a una vivienda a las minorías étnicas e inquietud porque estamos en sus manos en medio de la recesión.
La medida de Clinton – como todas las progres – consistía en hacer experimentos supuestamente a favor de unos con el dinero de otros, pero nunca con el suyo. Como forma de hacerse propaganda, no estuvo mal porque, a finales de los noventa, Los Angeles Times llegó a decir que era “una de las historias de éxitos ocultos de la era Clinton”. Sin embargo, tampoco faltaron las voces que advirtieron de lo que podía pasar. Por ejemplo, Liebowitz en 1998, ya advirtió que aquello acabaría como el rosario de la aurora y en septiembre de 1999, el New York Times avisaba de que las presiones de la administración Clinton sobre Fannie Mae podían tener consecuencias desastrosas.
Ese mismo año Fannie Mae elaboró un estudio donde dejaba de manifiesto lo que iba a pasar con la política de Clinton en materia de hipotecas. El estudio fue objeto de ataques feroces en el congreso donde se lo motejó de racista. Supuestamente, los que ponían el dedo en la llaga de los disparates clintonianos lo hacían porque les molestaba que los negros pudieran hacerse con una vivienda… La misma acusación recayó sobre Greg Mankiw, el presidente del Consejo de asesores económicos de Bush, cuando volvió a avisar del desastre. Al final, se consideró que lo mejor era mirar para otro lado y continuar con las medidas “socialdemócratas” de presión sobre entidades como Fannie Mae y Freddie Mac.
El resultado catastrófico de esa política lo conocemos todos. Todos menos que ZP que, al parecer, no se percata de que lo pasado en Estados Unidos se debe a que los políticos intervinieron, en contra de lo que debían, en las Cajas, aunque eso sí, lo hicieron muchísimo menos de lo que socialistas y nacionalistas lo han venido haciendo en España durante décadas.
Y ahora, distanciándose de la ignorancia de ZP, pregúntese cada uno lo que va a pasar con la mayoría de las Cajas en España a no mucho tardar porque lo del “empacho” del mendigo va a ser un chiste comparado con la que nos espera.
leido en: http://www.cesarvidal.com
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