CITA DEL DIA

miércoles, 7 de mayo de 2008

Recuerdo de Calvo Sotelo


MANUEL ADOLFO MARTÍNEZ PUJALTE

He tenido el privilegio como periodista de ser testigo en primera fila de dos acontecimientos muy relevantes en la trayectoria política del recientemente fallecido ex presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo. El primero de ellos lo constituyó la votación en segunda vuelta de su investidura como jefe del Ejecutivo, que se vio dramáticamente interrumpida con la intentona golpista perpetrada el 23 de febrero de 1981 por el teniente coronel Tejero en el Congreso de los Diputados. Como he contado en alguna ocasión en las páginas de LA OPINIÓN con motivo de tal efeméride, yo estaba entonces acreditado por el diario Pueblo en el palacio de la Carrera de San Jerónimo, y allí viví tan histórica jornada.
El segundo evento, mucho más gratificante, fue el viaje que en agosto de 1982 realicé en el avión presidencial, siendo él ya inquilino de La Moncloa, a Colombia, Ecuador y Perú como enviado especial de la agencia de noticias OTR Press. En esa gira latinoamericana, junto a un reducido grupo de periodistas que le acompañábamos (Carlos Mendo, Carlos Dávila y Rosa Villacastín, entre otros pocos más),pude comprobar, tanto en charlas en la propia aeronave como en tierra, la gran cultura humanística del que fue segundo presidente de la Transición democrática, fruto de su gran pasión por la lectura. Pese a no sentirme en absoluto identificado con su ideario político, por considerarlo excesivamente conservador, reconozco que me deslumbró por esta faceta y por su condición de exquisito melómano. Esta brillante erudición resultaba más meritoria, habida cuenta su carrera, eminentemente técnica, de ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Asimismo era muy aficionado a la filosofía, profesando una viva admiración por Ortega y Gasset y por Zubiri, asistiendo a las conferencias que este último solía impartir en Madrid.
La fama que tenía de hombre adusto provenía, en gran medida, de su gran timidez, de ahí que según señaló en el prólogo del libro-entrevista Conversaciones con Leopoldo Calvo-Sotelo del periodista Marino Gómez Santos, el eminente doctor y polígrafo Domingo García-Sabell, su figura humana resultase "más complicada y rica de lo que la imagen popular y simplista pudiera hacernos creer". Recuerdo que a varios de mis colegas les echó una bronca muy sonada, por no haber respetado unas declaraciones off the record sobre la situación interna de UCD, pero llevado por su gran sentido religioso al día siguiente les pidió perdón públicamente con una cita evangélica alusiva a San Pablo. Esta anécdota creo que es muy reveladora de su peculiar psicología y alguna vez la comenté con su sobrino, Fernando Morán Calvo-Sotelo, actual embajador en Guinea Bisau e hijo del ex ministro socialista de Asuntos Exteriores, a cuyas órdenes tuve el honor de trabajar cuando dirigía la diplomacia española.
De los tres países que visitamos, la estancia más interesante fue la efectuada en Bogotá, debido a la asistencia a la toma de posesión de la presidencia de la República de Colombia por parte de Belisario Betancur, otro político no menos culto y leído que nuestro ilustre compatriota desaparecido. A la capital colombiana asistieron también los líderes de las principales fuerzas democráticas españolas: Felipe González, máximo dirigente del PSOE; Adolfo Suárez, dirigente carismático del recién fundado entonces partido CDS, y Manuel Fraga, presidente de Alianza Popular. En la recepción, seguida de cena, celebrada en la residencia del embajador español, pude departir con los tres mencionados dirigentes políticos y durante todo el viaje con el ministro de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez-LLorca, uno de cuyos colaboradores más estrechos era mi primo Jesús Martínez- Pujalte, hermano de Vicente Martínez-Pujalte, actualmente diputado del PP por Murcia en el Congreso.
No me gustaría finalizar este artículo sin antes aludir al diplomático Inocencio Arias, almeriense de nacimiento pero murciano de adopción, quien estuvo también presente en ese viaje en su calidad de director general de la Oficina de Información Diplomática. Este divertido personaje provocaba una singular hilaridad en los periodistas cuando con tono guasón decía que otorgaría un premio al que acertarse el número de iglesias visitadas por el presidente Calvo-Sotelo en esta gira latinoamericana.

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http://www.laopiniondemurcia.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008050701_7_106298__Opinion-Recuerdo-Calvo-Sotelo

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