Carlos Carnicero
Es cierto que todavía no ha pasado un mes desde la formación de Gobierno pero algo ya indica que la soberbia del triunfo electoral nos va a aliviar de las explicaciones del ejecutivo.
Si la victoria es un bálsamo que esconde todas las equivocaciones, el "Gobierno de Zapatero" está embadurnado de exculpaciones y la lección que podía haber obtenido de las equivocaciones de fondo de la primera legislatura no ha sido impartida.
Todo, además, apuntalado por la ausencia de oposición que está ausente porque sus energías se centran en la autodestrucción.
Si la victoria es un bálsamo que esconde todas las equivocaciones, el "Gobierno de Zapatero" está embadurnado de exculpaciones y la lección que podía haber obtenido de las equivocaciones de fondo de la primera legislatura no ha sido impartida.
Todo, además, apuntalado por la ausencia de oposición que está ausente porque sus energías se centran en la autodestrucción.
El impacto de marketing de la formación de nuevo gobierno estuvo afianzado por la derecha más extrema que siempre acude en defensa de Rodríguez Zapatero como su baluarte más sólido. Si la noticia del Gobierno fue que estaba formado por más mujeres que hombres y por más independientes que militantes del partido, ese efecto fue amplificado por la crítica chusca, grosera, antigua y machista de los periodistas de la caverna.
El valor real de la audacia de Zapatero fue amplificado y se convirtió en excelencia en sí mismo, sin escrutar si además de las características mencionadas el Gobierno tenía proyección, si los ministros eran idóneos para los cargos más allá de la ola de simpatía como reacción a la brutalidad de las críticas.
El rescate de la tripulación del Playa de Bakio es revelador del oscurantismo que nos espera. No tenemos derecho a saber si se pagó rescate, quien lo hizo y cuanto fue.
No tenemos derecho a conocer por qué la fragata presente en las aguas del crimen no persiguió a los forajidos. No tenemos derecho a saber si el pacto del rescate tenía incluida una cláusula de exención de responsabilidades para los piratas. El Gobierno se ha limitado a decir que "se ha hecho lo que se debía" demostrando su vocación teológica de que la voluntad de Dios es en este caso la del presidente de Gobierno.
Mientras el PP siga en su estado actual, la fortaleza del Gobierno será inexpugnable en la misma manera que la campaña electoral de Mariano Rajoy aseguró la victoria de Zapatero, demostrando que este le dijo la verdad a Gabilondo:
necesitaba tensión y Rajoy, sencillamente, se la dio. Ahora quiere silencio y todos se lo permitimos.
El valor real de la audacia de Zapatero fue amplificado y se convirtió en excelencia en sí mismo, sin escrutar si además de las características mencionadas el Gobierno tenía proyección, si los ministros eran idóneos para los cargos más allá de la ola de simpatía como reacción a la brutalidad de las críticas.
El rescate de la tripulación del Playa de Bakio es revelador del oscurantismo que nos espera. No tenemos derecho a saber si se pagó rescate, quien lo hizo y cuanto fue.
No tenemos derecho a conocer por qué la fragata presente en las aguas del crimen no persiguió a los forajidos. No tenemos derecho a saber si el pacto del rescate tenía incluida una cláusula de exención de responsabilidades para los piratas. El Gobierno se ha limitado a decir que "se ha hecho lo que se debía" demostrando su vocación teológica de que la voluntad de Dios es en este caso la del presidente de Gobierno.
Mientras el PP siga en su estado actual, la fortaleza del Gobierno será inexpugnable en la misma manera que la campaña electoral de Mariano Rajoy aseguró la victoria de Zapatero, demostrando que este le dijo la verdad a Gabilondo:
necesitaba tensión y Rajoy, sencillamente, se la dio. Ahora quiere silencio y todos se lo permitimos.
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