El candidato del PP intentó dejar claro que el actual Gobierno socialista es un peligro para España, mientras que Zapatero le espetó a Rajoy que no se merecía gobernar el país por haber recriminado a la gente de la cultura que ha expresado públicamente sus preferencias por los socialistas.
El debate, transmitido en directo por 30 canales de televisión, estuvo estructurado en torno a cinco grandes temas en los que ambos candidatos se reprocharon mutuamente sus posiciones desde el primer bloque temático que abrió el cara a cara, la economía.
Tras ello, Rajoy eligió la inmigración como eje de su discurso sobre política social, frente a Rodríguez Zapatero que definió a España como "un país de emigrantes" y se mostró cauto respecto a "la gente que viene a trabajar con nosotros".
Las regularizaciones de inmigrantes y su integración fueron los puntos más polémicos que abordaron los candidatos, quienes se lanzaron duras acusaciones apoyados por todo tipo de cifras.
Rajoy culpabilizó a Zapatero de haber "complicado las cosas" con una regularización de inmigrantes que ha supuesto "un efecto llamada" y que ha provocado una "avalancha".
Por su parte, Zapatero responsabilizó al líder conservador haber aprobado tres regularizaciones de inmigrantes con un "bono bus" y "la factura de una noche de hotel" cuando era ministro del Interior (2001-2002).
Las "mentiras" sobre los atentados del 11-M y la supuesta negociación política con ETA durante el alto el fuego protagonizaron también un duro cruce de reproches entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, quienes se acusaron mutuamente de mentir a los españoles.
Más allá del terrorismo, la política exterior española apenas ocuparon unos pocos minutos del debate en el que Zapatero contrapuso la imagen de paz que España se ha fraguado en los últimos cuatro años a la foto de las Azores con la que su antecesor, José María Aznar, llevó a España a la guerra de Irak.
El candidato socialista censuró al PP por haberse dedicado a "denigrar" a España desde la oposición y haber deteriorado la relación con Marruecos, Francia y América Latina.
A pesar de todo, Zapatero recordó que él, "como patriota y como persona con principios democráticos", salió en defensa de Aznar en la Cumbre Iberoamericana de Chile ante los ataques del presidente venezolano, Hugo Chávez.
Rajoy resumió la acción exterior del PSOE en hablar con Chávez y con el cubano Fidel Castro y en recurrir de forma reiterada al conflicto iraquí.
"Quiere que le voten por Bush, Irak y Aznar. Hable de lo que le importa a los españoles", le exhortó el líder del PP.
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