Tribuna

Rosa Díez (UPyD) y TVE

Muchas ideas me atraen de la figura de Rosa Díez y de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), el partido que con gran esfuerzo y a pesar de muchos obstáculos, como más adelante demostraré, cada día crece más -cerca de 10.000 afiliados- para alegría de muchos y preocupación, por lo que se ve, de no pocos. Pero por encima de todas, creo que su gran acierto es la valiente y necesaria regeneración democrática que están llevando a cabo: un partido que nace desde la sociedad civil -no hay, salvo Rosa Díez, ningún político profesional- , sin ningún apoyo financiero, que en tiempo electoral -y más importante, también fuera de él- está en contacto constante con el ciudadano a través de sus mítines improvisados “altavoz en mano” en la calle, dando aire fresco a la acomodada y previsible rutina parlamentaria y quizás, por todo ello, mediáticamente silenciado salvo honrosas y evidentes excepciones. Analicemos con algún detenimiento esta última y muy relevante cuestión.

El derecho a la información (artículo 20 C.E.) y el pluralismo intrínseco a él y al propio sistema democrático, es un pilar básico y esencial para un auténtico “Estado social y democrático de Derecho”, tal y como proclama el artículo 1.1 de nuestra Constitución. Que el ciudadano pueda conocer la realidad de lo que sucede en su vida pública o política es lógicamente determinante para que éste pueda luego ejercer un eficaz y responsable derecho al voto. Se puede afirmar que un derecho a la información plural y real contribuye al desarrollo de una verdadera sociedad democrática, de ahí su especial y preferente protección por parte de nuestro Tribunal Constitucional. En este sentido, a modo de ejemplo, destacamos la STC 204/1997, 25 de noviembre (fundamento jurídico segundo): “si bien ha de considerarse que las libertades del art. 20 de la Constitución no sólo son derechos fundamentales de cada ciudadano, sino también condición de existencia de la opinión pública libre, indisolublemente unida al pluralismo político, que es su valor fundamental y requisito de funcionamiento del Estado democrático, que, por lo mismo, trascienden el significado común y propio de los demás derechos fundamentales”.

Por último, recordar que el Tribunal Constitucional español sigue, como no podía ser de otra manera, la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, especialmente las Sentencias Handyside de 1976 y Lingens de 1986. Esta necesaria argumentación jurídica sirve para aplicarse al caso concreto de un hecho muy grave que está sucediendo en una televisión pública que pagamos, por tanto, entre todos los ciudadanos. Me refiero al silencio radical, prácticamente podríamos decir veto, algo propio de regímenes políticos que creíamos superados, que la diputada Rosa Díez está sufriendo en TVE. El hecho que denuncio es de una enorme gravedad, pues es una representante de la soberanía popular consagrada en el art. 1.2 CE.

En España hay cuatro partidos de ámbito nacional con representación parlamentaria: PSOE, PP, IU y UPyD. Obsérvese como, por ejemplo, en los Telediarios de TVE siempre aparece la opinión de los líderes de los tres primeros partidos, pero jamás se recoge la opinión de Rosa Díez (UPyD) a pesar de que el artículo 20.3 de la Constitución establezca con claridad que la ley garantizará el acceso a los medios de comunicación social dependientes del Estado de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad. ¿Es democrático privar a los ciudadanos de una opción democrática que cada vez va a más? El artículo 3.2 b) de la Ley 17/2006, de 5 de junio, de la radio y la televisión de titularidad estatal, garantiza la información plural que, por lo demás, se ajuste al pluralismo político y, sin embargo, por poner más ejemplos, en el programa “Tengo una pregunta para usted” han pasado todos los líderes nacionales, salvo una. En el programa “59 segundos” también han pasado todas las formaciones políticas, salvo nuevamente una y la misma. En el teletexto de TVE, en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, sale la postura de todos los partidos con representación parlamentaria, salvo UPyD. ¿Dónde está el pluralismo que proclama la Constitución española?, ¿Por qué esa obsesión de silenciar a UPyD desde la televisión que todos pagamos?

David Ortega Gutiérrez

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