La portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, desveló hoy en una entrevista personal a 'El Magazine' de El Mundo que no supo qué eran los 'marrones' hasta que no entró en política hace ocho años cuando aceptó ser la asesora más joven del entonces vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy. De aquel primer encuentro, recuerda que le "engatusó" y le rompió los "esquemas". "Me sorprendió mucho", admitió.
Para Sáenz de Santamaría, "ser mujer y joven resulta una combinación explosiva", dijo con relación a su nombramiento como portavoz del PP en el Congreso, momento en el que señaló que le gustaba "salir a la calle" por el apoyo que encontraba entre las mujeres. Definió además su trabajo en el Parlamento como "ilusionante y muy divertido".
"Yo trabajo y trabajo a mi ritmo, que es ligerito. Voy como las hormiguitas, dejando las genialidades para otros", subrayó la dirigente 'popular', quien aseguró no verle el erotismo al poder. "Yo no quiero ser presidente de nada, ni de mi comunidad de vecinos. Más que el poder por el poder, me gusta cambiar las cosas, mejorarlas. ¿Idealista? Más bien realista en el análisis, pero idealista en los objetivos", agregó.
Para la portavoz 'popular', "hay que vacunarse todos los días contra la vanidad". "Yo procuro incluso matarla --añade--, porque es lo peor que le puede pasar a un político". Admitió al respecto a lo que rechaza, "la ambición sin límite". "Me preocupa mucho el político que lo ve todo como un escalón en su carrera, sin pensar en lo que puede hacer por los demás. Yo he aprendido que el político es un instrumento absolutamente prescindible".
EFE / PINO
SUBIDÓN DE ADRENALINAEn este contexto, volvió a referirse a su cargo en el Parlamento: "Me gusta mucho debatir. La réplica, sobre todo. Ahí se la juega el político. Y sí, me da la subida de adrenalina en el Congreso. Me parece lo más sincero y lo más limpio en política".
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