Se impuso al campeón suizo pese a sufrir un tirón muscular en el primer set, cuando el español comenzó su remontada en una gran final
Si en la semifinal del día anterior Nadal y Djokovic habían rozado la perfección en el tenis, también en la finalísima el balear y Federer alcanzaron cotas por momentos inimaginables. Ambos se empeñaron en convertir en arte mágico el tenis desarrollado. Federer tuvo al alcance de su raqueta la posibilidad de adjudicarse el primer set. Llegó a escaparse con un positivo 5-1. No pudo, sin embargo, impedir la reacción del español, decidido a demostrar que ante cualquier tanteador adverso se crece hasta lo imposible.
Federer fue más lejos en esa primera manga. Tuvo una bola de set en el séptimo juego y una segunda en el octavo, ambas neutralizadas por su aguerrido rival, que por instantes llegó a pasmar a quienes le veían cruzar la pelota, enviarla hacia los ángulos, correr como nunca y, en definitiva, dejar en ocasiones al pairo nada menos que al líder mundial.
Tras el octavo juego del primer set, la presencia de Nadal en su banquillo, acompañado del fisioterapeuta, sembró la inquietud. Rafael se quejaba de un tirón en la pierna derecha. Por fortuna, pudo reanudar el partido sin que volviera a acusar el problema. Lo que hizo, en cambio, fue desencadenar, por segundo día consecutivo, toda una sucesión de lances favorables para disgusto de un Federer que tuvo que emplearse a fondo para ganar la segunda manga por 7-6.
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http://www.laverdad.es/murcia/prensa/20080519/deportes_murcia/tenis/nadal-destrona-federer-hamburgo-20080519.html
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