A brazada partida por el cuidado del Mar Menor
18.05.2008 -Dos nadadores aficionados atravesaron la laguna para concienciar sobre la necesidad de proteger este espacio natural
ALEXIA SALAS
Nadie se ha mojado más que ellos por el medio ambiente. Y en aguas fresquitas y, por ratos, picadas por el Levante, como les pasó ayer a Eduardo Navarro, bombero de profesión, y Javier Sánchez, funcionario cartagenero, que cruzaron el Mar Menor de punta a punta y a brazada partida con el único objetivo de llamar la atención sobre la necesidad de cuidar la mayor laguna salada de Europa.
En una hazaña altruista y con no poco romanticismo, se echaron ambos al agua a las 9.20 horas de ayer desde la playa de La Puntica, en Lo Pagán, habitual piscina del veraneo más popular. Con el fresco de la mañana, sólo estos dos filántropos del medio ambiente se atrevieron a ofrecer sus brazos para una travesía de más de seis horas, que es más o menos lo que emplearon en llegar al otro extremo de la laguna, en Islas Menores. Un total de 20 kilómetros, que Javier Sánchez recorrió en 6 horas y 27 minutos, mientras que el bombero Eduardo necesitó 7 horas.
A ninguno le resultó fácil la gesta acuática, ya que el plato calmo que era el Mar Menor recién despertado se encabritó después con unas rachas de Levante que los nadadores encontraron de cara, para más adversidad, y esa laguna por la que se dejaron el resuello se les mostró como un lobo con piel de cordero. A las inclemencias sufridas en la aventura ecologista se sumaron unas dos horas de sol lamiéndoles la cabeza, aunque los deportistas se quejaron a la llegada sobre todo del frío. Una empresa no apta para pusilánimes.
En una de las embarcaciones que apoyaron la campaña ambiental se encontraba una juez de la Federación Española de Natación que cronometró la travesía para que, oficialmente, figure en el palmarés deportivo de los dos nadadores, que se plantean repetir el gesto el próximo año. Ya en tierra, brindaron con cava junto a sus familias y amigos.
Leer +:
http://www.laverdad.es/murcia/prensa/20080518/comarcas/pedro-pinatar-brazada-partida-20080518.html
GESTA. Eduardo y Javier, ayer, tras completar su
travesía a nado. / PABLO SÁNCHEZ / AGM
travesía a nado. / PABLO SÁNCHEZ / AGM
En una hazaña altruista y con no poco romanticismo, se echaron ambos al agua a las 9.20 horas de ayer desde la playa de La Puntica, en Lo Pagán, habitual piscina del veraneo más popular. Con el fresco de la mañana, sólo estos dos filántropos del medio ambiente se atrevieron a ofrecer sus brazos para una travesía de más de seis horas, que es más o menos lo que emplearon en llegar al otro extremo de la laguna, en Islas Menores. Un total de 20 kilómetros, que Javier Sánchez recorrió en 6 horas y 27 minutos, mientras que el bombero Eduardo necesitó 7 horas.
A ninguno le resultó fácil la gesta acuática, ya que el plato calmo que era el Mar Menor recién despertado se encabritó después con unas rachas de Levante que los nadadores encontraron de cara, para más adversidad, y esa laguna por la que se dejaron el resuello se les mostró como un lobo con piel de cordero. A las inclemencias sufridas en la aventura ecologista se sumaron unas dos horas de sol lamiéndoles la cabeza, aunque los deportistas se quejaron a la llegada sobre todo del frío. Una empresa no apta para pusilánimes.
En una de las embarcaciones que apoyaron la campaña ambiental se encontraba una juez de la Federación Española de Natación que cronometró la travesía para que, oficialmente, figure en el palmarés deportivo de los dos nadadores, que se plantean repetir el gesto el próximo año. Ya en tierra, brindaron con cava junto a sus familias y amigos.
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