Los residentes confían en que el año que viene acabe la rehabilitación del Teatro Apolo Circo, que data de 1907 y tiene capacidad para cerca de 600 espectadores
Son las fiestas de la trashumancia, y se celebran porque El Algar fue un cruce de veredas reales y caminos por los que circulaba el ganado trashumante que se dirigía hacia la sierra.
En esas tierras donde ahora conviven más de siete mil vecinos se detenían para saciar su sed en las dulces aguas de un importante pozo público que allí existía, el Pozo-Algar.
Sus gentes son muy abiertas y reivindicativas. Se quejan de todo y por todo. Quizás por eso en el pueblo, como ellos se denominan, tienen polideportivo, un campo de fútbol y otro de baloncesto. «Ha sido el fruto de muchos años pidiéndolo al Ayuntamiento. Los de aquí nos quejamos mucho, pero con razones», dice la presidente de la Asociación de Vecinos de El Algar, Pilar Sánchez. La gran mayoría de ellos se dedicaba a la agricultura, pero más tarde pasaron a la construcción y por eso ahora hay tanto paro.
Pero no todos se dedican a lo mismo. En sus alrededores se ubican decenas de empresas medianas y pequeñas que se circunscriben en el ámbito de las actividades agrícolas, comerciales e industriales. Eso sin olvidar el gran número de sus habitantes empleados en el sector servicios.
«No somos sólo siete mil habitante. Aquí convivimos con más de mil inmigrantes, muchos de ellos marroquíes y gitanos que no están censados. Pero casi todos hacen por integrase y formar parate del vecindario», explica la presidente de la Asociación de Vecinos.
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http://www.laverdad.es/murcia/prensa/20080810/cartagena/vecinos-quejan-calles-algar-20080810.html
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