miércoles, 3 de diciembre, 12.40
Una jugadora de 17 años, dueña de una destreza que muchos envidarían, transformó en sinónimo de espectáculo la participación de Brasil en el Mundial de fútbol femenino Sub-20, que se disputa en Chile, gracias a las acrobacias que realiza empinada sobre su metro 58 de estatura. Seguir leyendo el arículo
A pesar de que el combinado auriverde quedó eliminado el lunes ante Alemania, Leah Lynn Gabriela Fortunato, brasileña de nacimiento pero arraigada en Estados Unidos, llamó de inmediato la atención por su agilidad para transportar el balón desde su posición de lateral izquierdo.
Lo mejor ocurría cada vez que Leah se preparaba para lanzar un saque de banda. En ese momento, la hinchada se levantaba de sus asientos para observar a una jugadora que se convirtió en símbolo de la 'canarinha' durante el certamen.
La temeraria Leah toma impulso, da una vuelta en el aire -en un momento queda boca abajo apoyándose sobre el balón- y al girar de nuevo para quedar de pie, el balón sale de sus manos disparado con un efecto de catapulta, lo que permite que llegue con facilidad al centro del área.
Durante la primera fase del Mundial, la sorprendente acrobacia de Leah fue clave para que su selección alcanzara su mejor resultado al golear por 5-0 a México, y marcar con esa jugada uno de los tantos más hermosos del certamen, según calificó la prensa chilena.
"No es un truco para el espectáculo, es casi como un córner y así la acción de ataque es más peligrosa", señaló la jugadora, quien además asegura que la pirueta no valdría de nada "si no tuviese a esas geniales compañeras en el área".
Leah aseguró a la prensa que nunca se ha caído mientras realiza la espectacular jugada que, según confiesa, aprendió de su padre cuando sólo tenía cinco años, confirmando que su afición por el fútbol comenzó desde que "tenía un par de años", en su natal Brasil.
La estrella del 'scratch femenino' nació en la ciudad de Sao Paulo, donde sus abuelos estadounidenses se instalaron junto a sus padres para realizar misiones cristianas. A los dos años de vida emigró a Chicago, donde comenzó a profesionalizar su pasión por el balompié. En 2006, el entrenador Sub-20 de Brasil, Jorge Luiz Barcellos, supo de ella justamente por su acrobática jugada, la misma que la llevó a ser reconocida en el club de fútbol femenino de la Wheaton Academy de Chicago.
Sin hablar una palabra de portugués, Leah aceptó sin dudar el desafío de su actual director técnico. "Nunca he hablado portugués, así que los primeros entrenamientos fueron un poco difíciles. Pero el fútbol es una lengua universal", señaló. "Cuando me llamaron de la selección brasileña me pareció una oportunidad que no podía dejar pasar. Estas chicas son fenomenales, le ponen una pasión al fútbol que nunca he vivido en Estados Unidos. Es increíble la forma en que viven el fútbol", aseguró.
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