Zapatero y Montesquieu - José Luis Gómez
Última actualización 30/03/2008@04:23:54 GMT+1
En una más que clara vulneración del respeto a la división de poderes, el presidente Rodríguez Zapatero ‘nombró’ presidente del Congreso a su viejo adversario José Bono y, casi sin darle tiempo a respirar, también designó portavoz del PSOE en el Congreso a su amigo del colegio José Antonio Alonso.
En ambos casos ni siquiera guardó las formas a la hora de esperar la constitución de la cámara y del grupo parlamentario socialista. Es un mal comienzo de la legislatura en un hombre que había llegado al poder, dentro de su partido y en el Gobierno, casi pidiendo permiso para cruzar la puerta.
¿Qué es lo que ha pasado para que el joven presidente actúe con un estilo que ni siquiera se atrevió a utilizar el dios socialista Felipe González, con mucha más ‘mili’ en la política que ZP?
Parece evidente su deseo de demostrar que manda, dentro y fuera del PSOE, y que nada se le pone por delante. Ni en el Gobierno ni en el Congreso ni, a este paso, en los estamentos judiciales, que todo llegará. ¿Acaso también en el cuarto poder? Su falta de respeto a la separación de poderes que teorizó el Barón de Montesquieu y que ha ido calando en todos los países modernos del mundo es asumida en España como algo casi natural, mientras la oposición duerme el sueño de su derrota.
En realidad, Zapatero se carga las formas de la democracia, pero lo que quiere es demostrar que esta vez no le van a hacer el Gobierno los barones de su partido. No estamos en 2004, cuando Ibarra nombraba ministra a la Trujillo, Maragall se repartía el poder con Montilla, Touriño y Blanco elegían entre Espinosa y Laxe, y Chaves colocaba a sus chicas en Madrid. No.
Estamos en la verdadera era ZP y los comienzos no pueden ser más lamentables por mucho que Pepe Blanco se esfuerce, que lo hace, por demostrar que sigue siendo un demócrata y que no se le ha subido el 9-M a la cabeza. Por fortuna, aún queda en el PSOE alguien con los pies en la tierra de Montesquieu, aunque, como él también sabe, aquí sólo manda el Jefe.
Leer `:
http://www.diarioelfaro.es/noticia.asp?ref=100313
¿Qué es lo que ha pasado para que el joven presidente actúe con un estilo que ni siquiera se atrevió a utilizar el dios socialista Felipe González, con mucha más ‘mili’ en la política que ZP?
Parece evidente su deseo de demostrar que manda, dentro y fuera del PSOE, y que nada se le pone por delante. Ni en el Gobierno ni en el Congreso ni, a este paso, en los estamentos judiciales, que todo llegará. ¿Acaso también en el cuarto poder? Su falta de respeto a la separación de poderes que teorizó el Barón de Montesquieu y que ha ido calando en todos los países modernos del mundo es asumida en España como algo casi natural, mientras la oposición duerme el sueño de su derrota.
En realidad, Zapatero se carga las formas de la democracia, pero lo que quiere es demostrar que esta vez no le van a hacer el Gobierno los barones de su partido. No estamos en 2004, cuando Ibarra nombraba ministra a la Trujillo, Maragall se repartía el poder con Montilla, Touriño y Blanco elegían entre Espinosa y Laxe, y Chaves colocaba a sus chicas en Madrid. No.
Estamos en la verdadera era ZP y los comienzos no pueden ser más lamentables por mucho que Pepe Blanco se esfuerce, que lo hace, por demostrar que sigue siendo un demócrata y que no se le ha subido el 9-M a la cabeza. Por fortuna, aún queda en el PSOE alguien con los pies en la tierra de Montesquieu, aunque, como él también sabe, aquí sólo manda el Jefe.
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