Rafael del Barco Carreras
Barcelona 14-05-2012. Releo al angelical charlatán Jordi Pujol:
"Hi ha un marc europeu, que no pertoca tocar en aquest article. Hi ha un marc espanyol que ja fa anys que va equivocar el camí i que ara li costa molt i li costarà molt recuperar-lo.
I val a dir que en aquest marc, pel que fa a política econòmica i social durant aquests últims tres o quatre anys Catalunya ha intervingut d’una manera constructiva. Al servei de l’interès general. En moments crítics en què la norma era defugir responsabilitats. Defugir donar la cara."
El marco español que equivocó el camino es una de sus grandes contrubuciones. Si pretenció undir España, a la par que se enriquecía, debe estar satisfecho... y aun no se ha estudiado en toda su magnitud la principal fuente de ingresos de su entorno... las recalificaciones con los ayuntamientos socialistas... o propios... la "sociovergencia"... la Burbuja Inmobiliaria... la quiebra de Catalunya.
TERCERA PARTE 
Luis Pascual Estevill 
Juan Piqué Vidal 
Jordi Pujol 
1995-2005
Cap. 3 Castillo de Castellbell y Vilar. Notaría Cueco. Guerau Ruiz Pena, consejero del Consorcio de la Zona Franca.
Uno de los asuntos pendientes, el castillo de Castellvell y Vilar, propiedad de Promociones y Servicios Parés SA. Mi compleja vida, y la no menos de Parés, sin cárcel, dejó pendiente el castillo que convinimos parte de la liquidación de nuestra asociación en el Hotel Ritz, vendido al grupo Husa de Gaspar, y una deuda pendiente de José Luis de Vilallonga con sentencia a favor de Solares y Patrimonios SA, la sociedad origen de mi estafa a los bancos en Madrid y la condena de seis años. El castillo en semirruina (José Luis, marqués de Castellvell, contaba que sus padres pasaban algunos veranos, perteneciente a la familia desde los tiempos de la Marca Hispánica, declarado monumento histórico artístico) más un pacto verbal de relleno que valor concreto. Pero los caprichosos existen y yo lo encontré en el director de una agencia de la Caja de Madrid. Se sentía hombre de negocios triunfante y recalificaría para un hotel, o una residencia de verano. Conocía de mi vida y milagros todas las versiones al uso.
La sociedad seguía con mis 
poderes vigentes para realizar la venta y de administrador figuraba aun Antonio 
Parés. La operación por indicación del comprador se firmaría en la Notaría Cueco, 
y allí se comprobaron escrituras y titulación. 
Ante el notario, con un gato 
paseando por la brillante mesa de la sala de firmas, relucía el cheque por nueve 
millones de la Caja de Madrid. Se leyeron las escrituras, y a punto de firmar, 
entra un oficial mostrando un acta recién presentada al Registro Mercantil, y 
remitida por fax, anulando mis poderes. Mi irritación al leer en el acta el 
nombre de Eduardo Soler Fisas, presidente recién elegido de la sociedad, fue de 
las sonadas de mi vida. ¿Porqué el ex socio de Pascual Estevill?. 
La discusión en un bufete con 
aires de éxito alcanzó tal tono que temí llamara a la policía. La “busca y 
captura” complicaba mi presencia (seguro que Eduardo ignoraba ese detalle, 
porque en la notaria o su despacho me hubieran detenido, y entuerto 
solucionado). “Yo ignoraba que Pascual se quedara con las letras de Charly Max...”. 
Farfullaba. Mi composición de lugar, aquel bufete continuaba vinculado a 
Pascual, o con asuntos de la anterior asociación, y en relación directísima con 
algún oficial de la notaría, advirtiéndoles de la transacción. Se montó una 
junta general y el acta de anulación de poderes al instante. “Me robasteis, y 
continuáis...”. “Ese patrimonio es de las hijas de Parés...”. “Yo solo leo que 
es tuyo”. No me hallaba en disposición de un estudio jurídico. Había perdido. En 
el mejor de los casos la testamentaría de Parés, afectando a hijos de diferentes 
mujeres, y uno reclamada la paternidad, con seguridad no repartió las acciones, 
toda vez que él seguía de administrador. Se firmaría en la Notaría un acta donde 
un Presidente y un secretario certificaban la asistencia de una hipotética 
totalidad de las acciones. Una diligente Notaría. 
El tiempo me recordó la escena. 
El 22 de julio de 1997 El Mundo publica en su página 3 en gran titular, “El 
Ayuntamiento de BCN concedió un contrato al bufete en el que trabaja un ex 
concejal”, “el municipio le paga 25 millones al año para defender a los 
bomberos”. ¡Joder!, solté al leer el nombre que la gran fotografía mostraba, 
“Bufet Soler Fisas y Ruiz Pena”, y seis letrados. Un contrato legal discutible 
en su otorgamiento. Primero se otorgó a Soler Fisas, añadido Guerau Ruiz Pena 
cuando cesó en la Concejalía, y la oposición se preguntaba por qué el 
Ayuntamiento contrataba servicios privados de abogacía para bomberos y guardia 
urbana si sobraban funcionarios letrados. Entre ellos Antonio de la Rosa Martí, 
hermano de Javier, apunto de pasar a la Generalitat en una asesoría bien 
retribuida, sin acto de presencia ni trabajo específico. 
Del repertorio de insultos y 
tacos alusivos a cretinos de superior tamaño no me olvidé de ninguno. Guerau 
Ruiz Pena prometiéndome en el 80 la solución del caso, si me defendía Estevill, 
y Eduardo Soler Fisas con su canción “es un caso político”, en sus visitas a la 
prisión. Aunque Estevill fuera el más cretino de los letrados, que posible lo 
fuera, sus dos ex colaboradores conocían con detalle lo plasmado en las 
biografías de su socio o Jefe, las amistades y estafas a sus clientes, y su 
adicción a la ruleta.
Si esta noticia me impactó, la 
leída el 23 de febrero del mismo año, me descolocó. La Vanguardia, “Diario de 
Invierno”, por José Martí Gómez. “Interrogantes sobre Pascual Estevill”, “... 
¿No encontraban extraño los jueces que todos los escándalos fuesen a P.E?. 
...Cuando P.E. defendió a Del Barco por el fraude de Antonio de la Rosa en el 
Consorcio de la Zona Franca aprovechó que tenía plenos poderes para venderse una 
casa del preso, valorada en 50 millones, a modo de honorarios. El Colegio de 
abogados le aprobó la minuta y el procedimiento para cobrarla. ¿Es normal cobrar 
de esta forma una minuta sin que el colegio se inmute?...”. La falsedad de la 
noticia, me encogió de hombros, ¡otra mentira!, pero al cabo de segundos, la 
recorté. Jamás me preguntó ningún periodista ni por ese detalle ni por ninguno, 
y acostumbrado a leer mi vida, u oírla de quienes me tenían delante sin saberlo, 
la catalogué de curiosidad a completar. 
Detrás de cada invento hay un 
inventor, y con intereses en la noticia. En una de las guerras por hacerse con 
el Colegio de Abogados, otro “Club de Mentirosos” tiró de viejas historias. Me 
contaron que los pisos de Antonio de la Rosa (residencias de alto estanding, hoy 
entre 300 y 400 millones de pesetas cada uno), a su nombre, de la calle Reina 
Victoria, zona Turó Park, y otro en Madrid en la zona de Rosales, se embargaron 
y subastaron para pagar las minutas de los letrados entre otros gastos 
procesales. Repartirse los bienes de un acusado sin juzgar bordea la legalidad, 
pero la Ley se construye a golpe de autos judiciales y el registro de la 
propiedad da fe que los pisos se subastaron en un alarde de rapidez, sin afectar 
el colapso del Juzgado n.4. El Colegio aprobaría las minutas y un conocedor de 
los hechos, colega abogado, las desarchivó, no para beneficiarme, sino para sus 
fines político profesionales. 
No otorgué poderes a Pascual, 
excepto los habituales para “pleitos”. Y sin bienes a mi nombre. Sin embargo 
entre lo cobrado por minutas en negro efectivo, ocho millones, y apropiado de 
las letras por la venta de la discoteca Charly Max, y las trampas al alimón con 
los demás letrados defensores y acusadores, en suma con la corrupción judicial, 
ganara los cincuenta millones, muy posible. Muchísimos millones entonces. Su 
afición a la ruleta se multiplica, me consta. Fantaseando, quizá el periodista y 
La Vanguardia tuvieran la documentación exacta y para no enfrentarse a los 
abogados de “prestigio” del Caso entre los que figuraban uno íntimo y 
colaborador de la casa, Rafael Jiménez de Parga, acusador por parte del 
Ayuntamiento, y reconocido intrigante en el Colegio de Abogados, desviaran la 
realidad hacia Pascual Estevill, por lo del “árbol caído y las astillas”. La 
prensa reconstruyendo la Historia a placer de los vencedores, y La Vanguardia 
una perfecta especialista en reconstrucciones. 
Ciudadanos, poco recomendables, 
me contaron las andanzas de la Notaría Cueco y su expulsión de Barcelona, dicen 
a Marbella (buen lugar para no perder práctica en chanchullos, hibernar y vuelta 
a una localidad barcelonesa), entendiendo la anulada operación del castillo. 
Ininteligible el agradecimiento del Ayuntamiento a uno de los abogados de su 
acusado en el Caso Consorcio. No sería ese su único activo, más bien el 
entronque político de Ruiz Pena con Narcís Serra y Maragall, que no contentos 
con los 25 millones anuales le nombraron en el 2004 consejero del Consorcio de 
la Zona Franca, y liquidador de las cuentas del FORUM. ¡Desvergüenza total!. El 
uso y abuso del Poder. Me preguntaba: ¿Qué cemento amalgama a semejante cuadra 
de sinvergüenzas?. ¿Alguien conoce los exactos merecimientos de los socios de 
Pascual Estevill por los 70 y 80 para tan lucrativos contratos y cargos?. 
Primero Concejal, después un contrato con el Ayuntamiento de 25 millones 
anuales, y por último, para un retiro tranquilo, consejero del Consorcio, y 
liquidador de FORUM. La Vanguardia publicará en un panegírico que por sus 
conocimientos de Civil, ¿superiores a los mil licenciados anuales de Derecho?. 
Me contaron que su familia sufrió el exilio, ¿y qué familia no sufrió un 
fusilado por la izquierda o la derecha, o los piojos y el hambre?.





 
 
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