CITA DEL DIA

domingo, 13 de mayo de 2012

3ª PARTE, CAP. 2 de “BARCELONA, 30 AÑOS DE CORRUPCIÓN”, ed. 2006. LUIS PASCUAL ESTEVILL, JUAN PIQUÉ VIDAL, JORDI PUJOL, 1995-2005


 Rafael del Barco Carreras

Barcelona 13-05-2012. El Poder de firmar “autos” y “sentencias” es un panal de rica miel que los políticos dominan o lo intentan. Cuanta más Corrupción más necesidad de colocar a individuos del entorno o partido, gente que sin necesidad de demasiados preámbulos ¡y siempre cobrando o compensando favores! firme lo que interesa a quien le colocará.  Si en el franquismo el Cuerpo se abastecía por la eficaz endogamia, los socialistas inventaron el Cuarto Turno por donde colar amigos o “letrados de reconocido prestigio”.


Piqué Vidal y Jordi Pujol, como yo y todos sus  ex clientes, sabían que Pascual además de abogado corrupto era ludópata… nadie mejor para un cargo de juez de instrucción… y demostrada su valía, se le catapultaría a la cumbre del Poder Judicial, en CGPJ.

www.abc.es/.../abci-memorias-jordi-pujol-201203110021.html
2 Abr 2012 – Casos de corrupción, un empresario poco ejemplar, un juez prevaricador y una red clientelar empañan la imagen de hombre de Estado de ...






Y si como digo no consulten sus memorias porque se ha olvidado de sus amigos o sicarios... como bien sabemos la corrupción judicial continúa en la actualidad por los mismos cauces. Lo demuestra  Garzón… o la “edificante” guerra entre jueces que ha comportado su condena… aconsejable leer:  

 www.elconfidencial.com/

El compañero del juez Dívar en Marbella .... Todos los expedientes urbanísticos de Marbella, por los suelos ... El juez Ruz, “correa” de transmisión de fiscales ...

 

 

TERCERA PARTE
Luis Pascual Estevill
Juan Piqué Vidal
Jordi Pujol
1995-2005

 

Cap. 2  1996 Marzo. Elecciones Generales. Gana el PP, pacto con Pujol. 23-9-96, dimite Félix Zamora, delegado de Hacienda en Barcelona. Ratifican condena Supremo. Prófugo.

 

 

2

Marzo de 1996. Elecciones Generales. Fin a catorce años de Gobierno del Partido Socialista Obrero Español. PSOE, las siglas en manos de dos jóvenes sevillanos amalgamando demagogia y finanzas. La perita en dulce, el superestado franquista para una legión de ambiciosos abogadillos con discurso y ganas de supersueldos. Un cóctel de republicanismo y marxismo con Reino y Capitalismo de Estado y Banca, que entrará en la OTAN, se aliará con el Marx de los hermanos cinematográficos, y tras copar todo despacho con VISA ORO, se lanzará a fabricar moneda y poner el Ministerio de Obras Públicas a todo gas para de paso las astillas y mordidas alimenten la superestructura del partido dispuesto a ganar las elecciones precisas. El Mercado Común acogerá la vapuleada peseta no sin antes dominar la suficiente economía productiva. El país absorbió a tanto socialista convirtiendo a un buen número en multimillonarios, y a la mayoría en de izquierdas de boquilla. Izquierda y Derecha compraban las mismas marcas de coches, comían en los mismos restaurantes, y tras las elecciones no mermarían su nivel de vida. La crisis interna del Partido reflejaría la lucha por el estatus adquirido. Perder el poder mengua los enchufes creando tensión. Los cargos repartidos, o privatizar una parte de los monopolios y oligopolios con reparto entre amigos, no hubieran decidido las elecciones de no meterse en la desaforada carrera de corrupciones abarcando todas y cada una de las Instituciones del País. 

Con falta o no de carisma, gana la oposición, el Partido Popular, Aznar. El electorado se debatió entre las corrupciones socialistas y la falta de carisma del pretendiente. El 96 les quita el abusado Poder dejando a los catalanes de Pujol de nuevo socios políticos, partido bisagra (la celebre bisagra que en la peculiar democracia española convierte a un minoritario en clave para el Gobierno de la Nación). El problema se soluciona con unos centenares de supersueldos, y en este caso en concreto con unos nombramientos adecuados a la gran corrupción barcelonesa. Reconducirán las corrupciones. La “dulce derrota”, se convertirá en amarga, y el tiempo lo borra todo. Quien se proclamaba Señor Natural del Cotarro, Felipe González, suerte tendrá de encontrar en el Supremo uno de sus jueces, Bacigalupo, el argentino del “cuarto turno”, negándose a estigmatizar al ex presidente, y ni menos a desvelar la X de los Gal, o sea, de quien partió la orden de la guerra sucia contra ETA, y su anexo de robo en los fondos reservados y errores matando a quien no debían. Si de los muertos se libra, de Sarasolas y saldos, las astronómicas astillas, vulgares minucias. Y si Pujol tuvo sus jueces, unos con pisos de Piqué Vidal, y otros por cruzadas servidumbres, ¡qué no sabría el Presidente del Gobierno de los jueces de Madrid!. 

Entre sus documentos especiales guardaría la lista exhibida por la vilipendiada mujer del abogado Díaz Arias que de funcionario del Ministerio del Interior organizó un Consulting Financiero para canalizar inversiones de altos funcionarios, jueces y magistrados. Una lista con propiedades en los condominios de Miami “Ambasadors” y “Palace Condominium”. Los nombres, muchos, Enrique Vera, Juan de Justo, Pedro García Juarrauz, y con docenas de sociedades mercantiles. ¡Cuanta razón la del Ministro Solchaga sobre las posibilidades de hacerse rico en España!. Los arruinados por las peculiares fórmulas para enriquecerse, para el ministro no existían. Los pisos, cada juez con un piso arrastra un desahucio, una quiebra, la subasta, el chanchullo. Uno de los expedientes silenciados, afectando a una Sala, la eficacia del Bufete Piqué en los desahucios, unos quinientos expedientes canalizados en el juzgado adecuado batieron la marca de rapidez y buen hacer burocrático y legal. 

El 23 de septiembre de 1996 dimite el Delegado de la Agencia Estatal de Administración Tributaría de Barcelona, Félix Zamora, nombrado en 1990, profesor del IESE, un sucesor a la altura de los sustituidos, acusado por actas a beneficio de ciertas empresas y empresarios. Los populares para no arrastrar a los pocos de su partido en Barcelona tiraron la toalla después de patalear sobre 200.000 millones de prescripciones maliciosas. Las televisiones dieron cancha, y pasados los aspavientos, más “agua de borrajas”. El último acto de la pataleta por “fiscal”, las “primas únicas”, un método de la Caixa para no tributar las imposiciones o blanquear. Para la Caixa sin repercusión, no así para los impositores con los de Hacienda destripando sus cuentas. Al presidente y directivos del benjamín de la banca, el Banco de la Pequeña y Mediana Empresa, la misma mecánica en los mismos años les costó un largo proceso y una condena aunque sin entrar en prisión. ¿Cómo competir con el gigante la Caixa si no ofrecían mínimo los mismos servicios?. 

Con KIO De la Rosa, los populares se mostraban, al igual que los socialistas, sin ganas de actuar. A lo Juez Moreiras, de avestruz, o Hacienda de Barcelona, donde no existió un acta al mayor grupo industrial de los 80. Vociferaron a placer, pero la podredumbre alcanzaba de lleno al entorno político del vociferante. Josep Piqué Camps pondría cordura. Borrón y cuenta nueva. Un nuevo Piqué, ajeno por completo al Vidal, pero tan cercano que provenía de Pujol, KIO, y la Caixa. Si Felipe González pedía otra transición, de hecho las hubo varias, por silencios, de tabús, de corrupción, y de prescripción. En los temas económicos y su corrupción no existen amigos o enemigos, izquierda y derecha, solo intereses comunes o contrapuestos. 

Lo de Hacienda no me interesaba en particular. La corrupción se le suponía. Por los 70 un tal Burillo rebajó de un edificio en la Gran Vía la liquidación en unos cuantos millones a base de cambiar el número de la calle porque al atravesar toda Barcelona su tributación difería según la zona. Un millón para el inspector que además explotaba el “Baile Novedades”. Punteaba los nombres por si encontraba entre los corruptos los censores de cuentas del Consorcio. El inspector Álvaro Pernas, el único cumpliendo prisión por los 2000. Otro desbarrando, yate con amarre al pié de una residencia de lujo “vendida” a bajo precio por Núñez y Navarro (cliente de Piqué Vidal y sus jueces) y el apartamento de alta montaña, en cogollo con sus jefes, José Borrell de supremo. Su patinazo, las inversiones en la Cuba de Castro, con cubana incluida, despertando denuncias de la familia española. Le detuvieron por levantamiento de bienes y posible fuga a Cuba. En su domicilio se encontraron expedientes fiscales de Fira 2000, Adigsa, Progesa, Diagonal Mar y Barcelona Glories, y treinta y cinco de las mayores promociones inmobiliarias de Barcelona, además de sus sociedades enlace con sus ex jefes en Hacienda, Aguiar y Huguet, socios a su vez de Pascual y Piqué Vidal, y más, el gestor Jesús García Algora apoderado de Vamesa, agencia de valores dirigida por Javier Aguilar (tesorero del Barsa, empleado y condiscípulo con De la Rosa en el Banco Garriga, ex banquero del Banco de las Islas Canarias comprado con un capitalista mallorquín al Banco Garriga) y accionista mayoritario Suqué (Casinos). La extorsión al por mayor, con el organigrama bien patente, pero sin apenas repercusión penal. Aguilar, como Pernas, sufriría por su cabreada ex mujer, publicando parte de lo sabido. Y los Fiscales Jefes Vitalicios, repartiendo bulas, “a este si, a este no, aquí un pacto, más allá…La Modelo”. 

Cada esquina de “Núñez y Navarro” un compendio de la corrupción en la Hacienda de Barcelona. Al apartamento de Pernas se añaden superpisos de lujo a sus colegas inspectores, pero vieja costumbre, los procesos contra padre e hijo Núñez, manejados por Piqué, se eternizarán, incrementándose en el 2005 con la denuncia por “dinero negro” de una de las despechadas mujeres de un Navarro. La señora no se conforma con un fortunón, quiere el doble. 

Si entre los de Barcelona no figuran los de la Censura de Cuentas del Consorcio, por no pertenecer a su plantilla, aparece, Ricardo Bolufer, entre cargos ministeriales, y la reprivatización de RUMASA, ¿¿??, que no se distinguió por la decencia y transparencia. Tribuna 3-4-89, pag. 11. (Donde apunta como medalla en su historial, por su paso al sector privado, la intervención en el Consocio). Nunca he entendido tanto merecimiento de funcionarios y políticos a cargo de una chapuza, gran corrupción, donde ni se acusó a los verdaderos responsables, ni se investigó, y menos se cobró lo robado. Arrancado de mis vísceras el paréntesis, aun repitiéndome... intervino en la privatización de las bodegas de Rumasa en San Sadurní. Así se entiende la asociación entre Freixenet, “compradora”, los inspectores y el Delegado Huguet con Pascual, en la inversión de su club social, su gran restaurante en el Puerto Olímpico. Un pelotazo, para abogados e inspectores, donde Freixenet sobrepasaría a su eterna competidora Codorníu. 

En los 84 y siguientes, con semejantes socios y colegas, los negocios florecieron para Pascual. Con razón no se le encuentra directamente en los ¡affaires! De KIO y Piqué Vidal. De UCD o CDS por Tarragona, enlazó a la perfección, tras mi “defensa”, con los socialistas de RUMASA. Después, del 87 al 90, vacío existencial hasta el nombramiento de juez. Su ego triste, tanto como su ruleta, los periódicos, un vicio, se llenan con Javier. Se le comería la envidia. 

Pretender en unas líneas describir la Hacienda Barcelonesa, sin inventos, con lo publicado, llenaría una Espasa. Y citarla es obligado porque de funcionar medianamente decente yo no hubiera entrado en prisión, no hubiera existido Pascual Estevill, en la vertiente sabida, y menos Piqué Vidal. Prescripciones y robos de disquets. Impusieron el mismo terror que las mesnadas del Rey haciéndose espada en mano con las enterradas cosechas. 

Cualquier empresario, pequeño, mediano o grande, de no recibir la visita de agentes o subinspectores por falta de funcionarios, ignora aun hoy que su propio asesor fiscal o abogado por conexión con el “Club” le “denunció”, o sea, informaba de los problemas fiscales de su empresa, y sin nunca descubrir la cadena se encontraría en el gran follón de su vida, y encima pagando minutas (parte en negro para los inspectores) tras temblorosas horas de consulta con quien le vendió. Tanto en acta conformatoria y tanto en negro, y olvidada la cárcel. Solo una diferencia con el raquet mafioso o impuesto revolucionario de la ETA, sin tiros ni bombas (eso se reservaba a situaciones límite como contra el abogado Obregón), pero de no pagar, la cárcel probable.

Para “Zona Franca”, tomando nota de las aventuras de Serra, escribí entonces, “Las dimisiones del General Manglano y el Vicepresidente del Gobierno Narcís Serra seguidas de las elecciones de 1996 con cambio de partido en el Gobierno, pero nombrado el segundo de Serra en el Ministerio de Defensa, Eduardo Serra, complican la lucha interna en el destartalado Centro de Espionaje. ¡Menudos nombramientos los de Aznar!. El Presidente del Congreso, Federico Trillo se queja por escrito al nuevo Ministro de la detección de espías del CESID tras su propia escolta, justificándose con una “operación ordinaria de contravigilancia”. Por lo visto, los equipos montados a las órdenes del dimitido Vicepresidente Narcís Serra continuaban operativos. Una simple dimisión y pérdida de Gobierno no destruye el poder de grupos bien enquistados. Si el íntimo enemigo de Javier, Narcís Serra, ya difuminadas las relaciones directísimas con su antiguo socio Miquel Roca (con bufete en marcha) y la hija de secretaria dimitida cuando se iniciaron las tempestades, dejaba su otro Serra de correa de transmisión, a sumar a Joseph Piqué y Abel Matutes. No se perdía nada.

Si el 83 no cerraría el Caso Consorcio porque sus beneficiarios se lanzaron a una escalada sin freno (financiados y con capital), a partir del 95, el único de los tres en activo, el Bufete, y sus tentáculos entre políticos y funcionarios (su interminable activo). Ya ignoro si me interesa más la lucha de los tres por desasirse de los cepos, repatriando capital para sobornos, minutas legales y costes judiciales, o la repercusión en ellos y en mí de los que siguen escalando o intentan mantenerse en sus espléndidos cargos, jubilándose con pompa y placa conmemorativa. 

Por fin la ratificación de la sentencia por el Tribunal Supremo. Seis años. Tres años en la cárcel en manos de quienes no solo dispuestos a no concederme las ventajas reglamentarias, sino a complicarme la existencia, me decidió a no ingresar. En esa decisión no entraba desaparecer, o saltar el charco, o convertirme en un enterrado en vida, topo, como tantos “rojos” de Franco. Tomaría precauciones, sin exagerar, cambiando los circuitos habituales, y aleccionando a la familia. Y “qui días pasa, anys empeny”.

 

 

 



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