Rafael del Barco Carreras
Barcelona 13-05-2012. El Poder de firmar “autos” y “sentencias” es un panal de rica miel que los políticos dominan o lo intentan. Cuanta más Corrupción más necesidad de colocar a individuos del entorno o partido, gente que sin necesidad de demasiados preámbulos ¡y siempre cobrando o compensando favores! firme lo que interesa a quien le colocará. Si en el franquismo el Cuerpo se abastecía por la eficaz endogamia, los socialistas inventaron el Cuarto Turno por donde colar amigos o “letrados de reconocido prestigio”.
Piqué Vidal y Jordi Pujol, como yo y todos sus  ex clientes,
sabían que Pascual además de abogado corrupto era ludópata… nadie mejor para un
cargo de juez de instrucción… y demostrada su valía, se le catapultaría a la
cumbre del Poder Judicial, en CGPJ.
www.abc.es/.../abci-memorias-jordi-pujol-201203110021.html
2 Abr 2012 – Casos
 de corrupción, un empresario poco ejemplar, un juez prevaricador y una 
red clientelar empañan la imagen de hombre de Estado de ...
  Vídeo complet de l'acte de presentació del tercer i darrer volum de les Memòries de Jordi Pujol.
Y
 si como digo no consulten sus memorias porque se ha olvidado de sus 
amigos o sicarios... como bien sabemos la corrupción judicial continúa 
en la
actualidad por los mismos cauces. Lo demuestra 
Garzón… o la “edificante” guerra entre jueces que ha comportado su
condena… aconsejable leer:  
www.elconfidencial.com/
El compañero del juez Dívar en Marbella .... Todos los expedientes urbanísticos de Marbella, por los suelos
... El juez Ruz, “correa” de transmisión de fiscales ...
TERCERA PARTE 
Luis Pascual Estevill 
Juan Piqué Vidal 
Jordi Pujol 
1995-2005
Cap. 2 1996 Marzo. Elecciones Generales. Gana el PP, pacto con Pujol. 23-9-96, dimite Félix Zamora, delegado de Hacienda en Barcelona. Ratifican condena Supremo. Prófugo.
Marzo de 1996. Elecciones Generales. Fin a catorce años de Gobierno del Partido Socialista Obrero Español. PSOE, las siglas en manos de dos jóvenes sevillanos amalgamando demagogia y finanzas. La perita en dulce, el superestado franquista para una legión de ambiciosos abogadillos con discurso y ganas de supersueldos. Un cóctel de republicanismo y marxismo con Reino y Capitalismo de Estado y Banca, que entrará en la OTAN, se aliará con el Marx de los hermanos cinematográficos, y tras copar todo despacho con VISA ORO, se lanzará a fabricar moneda y poner el Ministerio de Obras Públicas a todo gas para de paso las astillas y mordidas alimenten la superestructura del partido dispuesto a ganar las elecciones precisas. El Mercado Común acogerá la vapuleada peseta no sin antes dominar la suficiente economía productiva. El país absorbió a tanto socialista convirtiendo a un buen número en multimillonarios, y a la mayoría en de izquierdas de boquilla. Izquierda y Derecha compraban las mismas marcas de coches, comían en los mismos restaurantes, y tras las elecciones no mermarían su nivel de vida. La crisis interna del Partido reflejaría la lucha por el estatus adquirido. Perder el poder mengua los enchufes creando tensión. Los cargos repartidos, o privatizar una parte de los monopolios y oligopolios con reparto entre amigos, no hubieran decidido las elecciones de no meterse en la desaforada carrera de corrupciones abarcando todas y cada una de las Instituciones del País.
Con falta o no de carisma, gana 
la oposición, el Partido Popular, Aznar. El electorado se debatió entre las 
corrupciones socialistas y la falta de carisma del pretendiente. El 96 les quita 
el abusado Poder dejando a los catalanes de Pujol de nuevo socios políticos, 
partido bisagra (la celebre bisagra que en la peculiar democracia española 
convierte a un minoritario en clave para el Gobierno de la Nación). El problema 
se soluciona con unos centenares de supersueldos, y en este caso en concreto con 
unos nombramientos adecuados a la gran corrupción barcelonesa. Reconducirán las 
corrupciones. La “dulce derrota”, se convertirá en amarga, y el tiempo lo borra 
todo. Quien se proclamaba Señor Natural del Cotarro, Felipe González, suerte 
tendrá de encontrar en el Supremo uno de sus jueces, Bacigalupo, el argentino 
del “cuarto turno”, negándose a estigmatizar al ex presidente, y ni menos a 
desvelar la X de los Gal, o sea, de quien partió la orden de la guerra sucia 
contra ETA, y su anexo de robo en los fondos reservados y errores matando a 
quien no debían. Si de los muertos se libra, de Sarasolas y saldos, las 
astronómicas astillas, vulgares minucias. Y si Pujol tuvo sus jueces, unos con 
pisos de Piqué Vidal, y otros por cruzadas servidumbres, ¡qué no sabría el 
Presidente del Gobierno de los jueces de Madrid!. 
Entre sus documentos especiales 
guardaría la lista exhibida por la vilipendiada mujer del abogado Díaz Arias que 
de funcionario del Ministerio del Interior organizó un Consulting Financiero 
para canalizar inversiones de altos funcionarios, jueces y magistrados. Una 
lista con propiedades en los condominios de Miami “Ambasadors” y “Palace 
Condominium”. Los nombres, muchos, Enrique Vera, Juan de Justo, Pedro García 
Juarrauz, y con docenas de sociedades mercantiles. ¡Cuanta razón la del Ministro 
Solchaga sobre las posibilidades de hacerse rico en España!. Los arruinados por 
las peculiares fórmulas para enriquecerse, para el ministro no existían. Los 
pisos, cada juez con un piso arrastra un desahucio, una quiebra, la subasta, el 
chanchullo. Uno de los expedientes silenciados, afectando a una Sala, la 
eficacia del Bufete Piqué en los desahucios, unos quinientos expedientes 
canalizados en el juzgado adecuado batieron la marca de rapidez y buen hacer 
burocrático y legal. 
El 23 de septiembre de 1996 
dimite el Delegado de la Agencia Estatal de Administración Tributaría de 
Barcelona, Félix Zamora, nombrado en 1990, profesor del IESE, un sucesor a la 
altura de los sustituidos, acusado por actas a beneficio de ciertas empresas y 
empresarios. Los populares para no arrastrar a los pocos de su partido en 
Barcelona tiraron la toalla después de patalear sobre 200.000 millones de 
prescripciones maliciosas. Las televisiones dieron cancha, y pasados los 
aspavientos, más “agua de borrajas”. El último acto de la pataleta por “fiscal”, 
las “primas únicas”, un método de la Caixa para no tributar las imposiciones o 
blanquear. Para la Caixa sin repercusión, no así para los impositores con los de 
Hacienda destripando sus cuentas. Al presidente y directivos del benjamín de la 
banca, el Banco de la Pequeña y Mediana Empresa, la misma mecánica en los mismos 
años les costó un largo proceso y una condena aunque sin entrar en prisión. 
¿Cómo competir con el gigante la Caixa si no ofrecían mínimo los mismos 
servicios?. 
Con KIO De la Rosa, los populares 
se mostraban, al igual que los socialistas, sin ganas de actuar. A lo Juez 
Moreiras, de avestruz, o Hacienda de Barcelona, donde no existió un acta al 
mayor grupo industrial de los 80. Vociferaron a placer, pero la podredumbre 
alcanzaba de lleno al entorno político del vociferante. Josep Piqué Camps 
pondría cordura. Borrón y cuenta nueva. Un nuevo Piqué, ajeno por completo al 
Vidal, pero tan cercano que provenía de Pujol, KIO, y la Caixa. Si Felipe 
González pedía otra transición, de hecho las hubo varias, por silencios, de 
tabús, de corrupción, y de prescripción. En los temas económicos y su corrupción 
no existen amigos o enemigos, izquierda y derecha, solo intereses comunes o 
contrapuestos. 
Lo de Hacienda no me interesaba 
en particular. La corrupción se le suponía. Por los 70 un tal Burillo rebajó de 
un edificio en la Gran Vía la liquidación en unos cuantos millones a base de 
cambiar el número de la calle porque al atravesar toda Barcelona su tributación 
difería según la zona. Un millón para el inspector que además explotaba el 
“Baile Novedades”. Punteaba los nombres por si encontraba entre los corruptos 
los censores de cuentas del Consorcio. El inspector Álvaro Pernas, el único 
cumpliendo prisión por los 2000. Otro desbarrando, yate con amarre al pié de una 
residencia de lujo “vendida” a bajo precio por Núñez y Navarro (cliente de Piqué 
Vidal y sus jueces) y el apartamento de alta montaña, en cogollo con sus jefes, 
José Borrell de supremo. Su patinazo, las inversiones en la Cuba de Castro, con 
cubana incluida, despertando denuncias de la familia española. Le detuvieron por 
levantamiento de bienes y posible fuga a Cuba. En su domicilio se encontraron 
expedientes fiscales de Fira 2000, Adigsa, Progesa, Diagonal Mar y Barcelona 
Glories, y treinta y cinco de las mayores promociones inmobiliarias de 
Barcelona, además de sus sociedades enlace con sus ex jefes en Hacienda, Aguiar 
y Huguet, socios a su vez de Pascual y Piqué Vidal, y más, el gestor Jesús 
García Algora apoderado de Vamesa, agencia de valores dirigida por Javier 
Aguilar (tesorero del Barsa, empleado y condiscípulo con De la Rosa en el Banco 
Garriga, ex banquero del Banco de las Islas Canarias comprado con un capitalista 
mallorquín al Banco Garriga) y accionista mayoritario Suqué (Casinos). La 
extorsión al por mayor, con el organigrama bien patente, pero sin apenas 
repercusión penal. Aguilar, como Pernas, sufriría por su cabreada ex mujer, 
publicando parte de lo sabido. Y los Fiscales Jefes Vitalicios, repartiendo 
bulas, “a este si, a este no, aquí un pacto, más allá…La Modelo”. 
Cada esquina de “Núñez y Navarro” 
un compendio de la corrupción en la Hacienda de Barcelona. Al apartamento de 
Pernas se añaden superpisos de lujo a sus colegas inspectores, pero vieja 
costumbre, los procesos contra padre e hijo Núñez, manejados por Piqué, se 
eternizarán, incrementándose en el 2005 con la denuncia por “dinero negro” de 
una de las despechadas mujeres de un Navarro. La señora no se conforma con un 
fortunón, quiere el doble. 
Si entre los de Barcelona no 
figuran los de la Censura de Cuentas del Consorcio, por no pertenecer a su 
plantilla, aparece, Ricardo Bolufer, entre cargos ministeriales, y la 
reprivatización de RUMASA, ¿¿??, que no se distinguió por la decencia y 
transparencia. Tribuna 3-4-89, pag. 11. (Donde apunta como medalla en su 
historial, por su paso al sector privado, la intervención en el Consocio). Nunca 
he entendido tanto merecimiento de funcionarios y políticos a cargo de una 
chapuza, gran corrupción, donde ni se acusó a los verdaderos responsables, ni se 
investigó, y menos se cobró lo robado. Arrancado de mis vísceras el paréntesis, 
aun repitiéndome... intervino en la privatización de las bodegas de Rumasa en 
San Sadurní. Así se entiende la asociación entre Freixenet, “compradora”, los 
inspectores y el Delegado Huguet con Pascual, en la inversión de su club social, 
su gran restaurante en el Puerto Olímpico. Un pelotazo, para abogados e 
inspectores, donde Freixenet sobrepasaría a su eterna competidora Codorníu. 
En los 84 y siguientes, con 
semejantes socios y colegas, los negocios florecieron para Pascual. Con razón no 
se le encuentra directamente en los ¡affaires! De KIO y Piqué Vidal. De UCD o 
CDS por Tarragona, enlazó a la perfección, tras mi “defensa”, con los 
socialistas de RUMASA. Después, del 87 al 90, vacío existencial hasta el 
nombramiento de juez. Su ego triste, tanto como su ruleta, los periódicos, un 
vicio, se llenan con Javier. Se le comería la envidia. 
Pretender en unas líneas 
describir la Hacienda Barcelonesa, sin inventos, con lo publicado, llenaría una 
Espasa. Y citarla es obligado porque de funcionar medianamente decente yo no 
hubiera entrado en prisión, no hubiera existido Pascual Estevill, en la 
vertiente sabida, y menos Piqué Vidal. Prescripciones y robos de disquets. 
Impusieron el mismo terror que las mesnadas del Rey haciéndose espada en mano 
con las enterradas cosechas. 
Cualquier empresario, pequeño, 
mediano o grande, de no recibir la visita de agentes o subinspectores por falta 
de funcionarios, ignora aun hoy que su propio asesor fiscal o abogado por 
conexión con el “Club” le “denunció”, o sea, informaba de los problemas fiscales 
de su empresa, y sin nunca descubrir la cadena se encontraría en el gran follón 
de su vida, y encima pagando minutas (parte en negro para los inspectores) tras 
temblorosas horas de consulta con quien le vendió. Tanto en acta conformatoria y 
tanto en negro, y olvidada la cárcel. Solo una diferencia con el raquet mafioso 
o impuesto revolucionario de la ETA, sin tiros ni bombas (eso se reservaba a 
situaciones límite como contra el abogado Obregón), pero de no pagar, la cárcel 
probable.
Para “Zona Franca”, tomando nota 
de las aventuras de Serra, escribí entonces, “Las dimisiones del General 
Manglano y el Vicepresidente del Gobierno Narcís Serra seguidas de las 
elecciones de 1996 con cambio de partido en el Gobierno, pero nombrado el 
segundo de Serra en el Ministerio de Defensa, Eduardo Serra, complican la lucha 
interna en el destartalado Centro de Espionaje. ¡Menudos nombramientos los de 
Aznar!. El Presidente del Congreso, Federico Trillo se queja por escrito al 
nuevo Ministro de la detección de espías del CESID tras su propia escolta, 
justificándose con una “operación ordinaria de contravigilancia”. Por lo visto, 
los equipos montados a las órdenes del dimitido Vicepresidente Narcís Serra 
continuaban operativos. Una simple dimisión y pérdida de Gobierno no destruye el 
poder de grupos bien enquistados. Si el íntimo enemigo de Javier, Narcís Serra, 
ya difuminadas las relaciones directísimas con su antiguo socio Miquel Roca (con 
bufete en marcha) y la hija de secretaria dimitida cuando se iniciaron las 
tempestades, dejaba su otro Serra de correa de transmisión, a sumar a Joseph 
Piqué y Abel Matutes. No se perdía nada.
Si el 83 no cerraría el Caso 
Consorcio porque sus beneficiarios se lanzaron a una escalada sin freno 
(financiados y con capital), a partir del 95, el único de los tres en activo, el 
Bufete, y sus tentáculos entre políticos y funcionarios (su interminable 
activo). Ya ignoro si me interesa más la lucha de los tres por desasirse de los 
cepos, repatriando capital para sobornos, minutas legales y costes judiciales, o 
la repercusión en ellos y en mí de los que siguen escalando o intentan 
mantenerse en sus espléndidos cargos, jubilándose con pompa y placa 
conmemorativa. 
Por fin la ratificación de la 
sentencia por el Tribunal Supremo. Seis años. Tres años en la cárcel en manos de 
quienes no solo dispuestos a no concederme las ventajas reglamentarias, sino a 
complicarme la existencia, me decidió a no ingresar. En esa decisión no entraba 
desaparecer, o saltar el charco, o convertirme en un enterrado en vida, topo, 
como tantos “rojos” de Franco. Tomaría precauciones, sin exagerar, cambiando los 
circuitos habituales, y aleccionando a la familia. Y “qui días pasa, anys empeny”.




 
 
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