El euribor continúa en caída libre. Pero, lo que en un principio debería ser una buena noticia para los millones de ciudadanos que están pagando una hipoteca, cada vez más se está convirtiendo en un motivo de preocupación, cuando no de enfado mayúsculo; por mucho que baje el euribor, hay cientos de miles de hipotecados que continúan pagando lo mismo.
Hace pocas semanas les comentábamos la ya desgraciadamente famosa “cláusula suelo”: ese punto en el contrato de hipoteca (normalmente en letra minúscula y al que casi nunca hacen referencia en la entidad bancaria) que impide que los intereses que pagan los hipotecados puedan bajar más allá de una cierta cifra, aunque el euribor se quedara en el 0,1%, por poner un ejemplo.
Hace pocas semanas les comentábamos la ya desgraciadamente famosa “cláusula suelo”: ese punto en el contrato de hipoteca (normalmente en letra minúscula y al que casi nunca hacen referencia en la entidad bancaria) que impide que los intereses que pagan los hipotecados puedan bajar más allá de una cierta cifra, aunque el euribor se quedara en el 0,1%, por poner un ejemplo.
Pues bien, las “trampas” bancarias no acaban ahí. ¿Le suenan los términos 'swap', IRS, 'clip', 'bono clip', cuota segura, permuta financiera, contrato cobertura hipoteca o cobertura de tipos? No, no mire en su contrato de hipoteca porque ahí no aparecerán. Son independientes de la hipoteca y la suelen endosar algunos bancos y cajas a la firma o durante el periodo de la misma.
¿En qué consiste el swap o contrato de cobertura de hipoteca?
El swap es un producto financiero complejo, con casi medio siglo de historia pensado, principalmente, para empresas y autónomos por el que los prestatarios y las entidades financieras sellan un acuerdo en el que los créditos van a estar referenciados a un tipo de interés fijo durante un plazo establecido, independiente de variaciones externas. Aunque no está dirigido a las hipotecas, tras el verano, cuando el Euribor toco su máximo en julio (5,3%), los bancos y cajas comenzaron a venderlo a sus clientes.
El swap es un producto financiero complejo, con casi medio siglo de historia pensado, principalmente, para empresas y autónomos por el que los prestatarios y las entidades financieras sellan un acuerdo en el que los créditos van a estar referenciados a un tipo de interés fijo durante un plazo establecido, independiente de variaciones externas. Aunque no está dirigido a las hipotecas, tras el verano, cuando el Euribor toco su máximo en julio (5,3%), los bancos y cajas comenzaron a venderlo a sus clientes.
Como ya les he dicho antes, no aparece en las escrituras ni en el contrato hipotecario en sí. Se firma en un documento anexo durante cualquier momento de la vida del préstamo hipotecario. Lo que, en un principio y sobre el papel, podría parecer un buen producto, puesto que el hipotecado se asegura pagar un interés fijo máximo durante un periodo de tiempo aunque el nivel del Euribor esté muy por encima, se convierte en un problema cuando los niveles del euribor se desploman, como ocurre ahora.
Pongamos un ejemplo. Los tipos del euribor estaban antes de finalizar el pasado año por encima del 5%. Supongamos que su entidad financiera le ofrece-obliga contratar este producto para asegurarse que nunca pagará más de un 5% de intereses durante los próximos cinco años de vigencia de la cobertura. En un principio, a usted le interesa. Efectivamente, tal como le habían prometido, durante el primer año que dura la revisión del euribor, el banco le devuelve dinero puesto que el interés está en el 5,3% (usted paga ese 5,3% y la cobertura le devuelve luego el 0,3%)
Sin embargo, la crisis provoca unas circunstancias económicas que llevan al euribor hasta niveles del 2%. ¿Qué ocurre ahora cuando le renuevan el interés a pagar por su hipoteca? Que usted, a partir de la revisión, paga un interés del 2% durante el siguiente año, pero además, le tiene que pagar al banco otro 3% por el contrato que tiene firmado de cobertura de hipoteca.
¿Les parece un robo? A mi también, pero es totalmente legal.
Este tipo de contratos suelen ser beneficiosos para ambas partes. Lo que ocurre es que, en esta ocasión, los bancos y cajas se han aprovechado de las circunstancias para vendérselo a sus clientes. La mayoría de estos contratos se firmaron después del verano del 2008, cuando el euribor subía todos los meses y los hipotecados, temerosos de que cuando les tocase revisar su contrato el tipo de referencia estuviese por las nubes, firmaron sin más reparos, respirando de alivio pensando que la cuota que tenían que pagar, ya no volvería a subir. El robo al que me refiero es que los bancos sabían el momento exacto en que tenían que ofrecerlo. No lo hicieron dos años antes cuando el euribor estaba en mínimos, no, lo hicieron cuando estaba en máximos, cuando la gente estaba con el agua al cuello y cuando sabían -como así ha sucedido- que no iban a perder nada porque el euribor iba a empezar a bajar vertiginosamente.
Este tipo de contratos suelen ser beneficiosos para ambas partes. Lo que ocurre es que, en esta ocasión, los bancos y cajas se han aprovechado de las circunstancias para vendérselo a sus clientes. La mayoría de estos contratos se firmaron después del verano del 2008, cuando el euribor subía todos los meses y los hipotecados, temerosos de que cuando les tocase revisar su contrato el tipo de referencia estuviese por las nubes, firmaron sin más reparos, respirando de alivio pensando que la cuota que tenían que pagar, ya no volvería a subir. El robo al que me refiero es que los bancos sabían el momento exacto en que tenían que ofrecerlo. No lo hicieron dos años antes cuando el euribor estaba en mínimos, no, lo hicieron cuando estaba en máximos, cuando la gente estaba con el agua al cuello y cuando sabían -como así ha sucedido- que no iban a perder nada porque el euribor iba a empezar a bajar vertiginosamente.
Parece ser que hay miles de afectados que irán dándose cuenta de esta estratagema conforme pasen los meses (recordar que la mayoría se firmaron después del verano y la vigencia de la revisión suele ser de un año).
No se les ocurra cancelarlo: los gastos son elevadísimos. Reclamen e intenten llegar primero a un acuerdo con su caja o banco. De no conseguirlo, acudan a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y si tampoco, acudan a los juzgados. Ya se han dictado sentencias dándole la razón a los hipotecados alegando que “las cláusulas del contrato no estaban claras ni bien explicadas”. Como de costumbre, en las asociaciones de consumidores le pueden asesorar de los pasos que tiene que seguir. En las siguientes están al corriente de este tema: Ausbanc y OCU.
No se les ocurra cancelarlo: los gastos son elevadísimos. Reclamen e intenten llegar primero a un acuerdo con su caja o banco. De no conseguirlo, acudan a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y si tampoco, acudan a los juzgados. Ya se han dictado sentencias dándole la razón a los hipotecados alegando que “las cláusulas del contrato no estaban claras ni bien explicadas”. Como de costumbre, en las asociaciones de consumidores le pueden asesorar de los pasos que tiene que seguir. En las siguientes están al corriente de este tema: Ausbanc y OCU.
Hay un dicho que dice que “el banco siempre gana”. Esperemos que en esta ocasión, no sea así.
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