Y más del libro “La toga manchada de Piqué Vidal” de Antoni Piñol, 1998.
Rafael del Barco Carreras
Barcelona 11-09-2011. Es fábula ciudadana que Piqué Vidal es un “mea pilas”, virtud inherente a todos los grandes sinvergüenzas o gansters a la catalana. Su frailuna hipocresía le abrió caminos, y creciéndose no podía por menos que aflorar todo el amoral que lleva dentro.
Una muestra más de su doble o múltiple vida personal y profesional, hasta su secretario debía descubrir por signos repetidos pero inequívocos sus “aventuras”. Y si no se arrugaba para extorsionar a gente de buen calibre en la vida social, no se detendría ante simples oficinistas.
Cuenta Piñol; “Para ayudarme – así me lo dijo Piqué – ingresó en nuestro departamento una auxiliar de secretaria de dirección llamada Mari Pepa (uso un seudónimo)… a media jornada, por las tardes. Era una señorita que aparentaba unos treinta y cinco años… si Piqué no estaba presente se pasaba la media jornada haciendo y atendiendo llamadas personales… Fumaba casi sin parar y ello sabiendo, como lo sabíamos todos, que Joan Piqué detestaba que sus empleados fumaran – sobre todo cuando los que lo hacían eran concretamente empleados-siervos directos – y más aun en su secretaría, donde se pasaba la mayor parte del tiempo, sentado a mi mesa según ya conté. Yo estaba perplejo que el gran jefe nunca decía nada al respecto, ni siquiera utilizando el método usual de atacar por los flancos valiéndose de otro…
Observé que el ilustre abogado se dirigía a la gata vieja y le decía que tendría que ir a llevar “este sobre” mientras se lo daba. Mari Pepa salía de inmediato, sobre en ristre, y a los pocos minutos salía él, que tenía el detalle de decirme que aquel día no le esperase…llevaría unas cuatro o cinco representaciones, Piqué dejó de preocuparse por rellenar los sobres con algunos papeles y era gracioso ver cómo entregaba a Mari-Pepa un sobre cerrado pero perceptiblemente vacío.
No tardo mucho tiempo en cansarse de la gata vieja…
María Angustias (o por las malas)
Esta chica fue pasando por varios departamentos de aquellas enormes oficinas… separada…y su hijo de pocos años, tenía una deficiencia psíquica de nacimiento. Sus familiares más allegados le ayudaban…En el bufete hubo división de opiniones acerca del porqué concreto de ese despido, a todas luces injustificado. Para unos, tenía que haber sido la mano de la fan a ultranza de JPV puesto que era la única persona que tenía interés en que desapareciera de allí para que no le “quitara” a su querido jefe…
… María Angustias pidió aquella audiencia, que le fue concedida. La orden del “Consejo” fue revocada y ya no hubo despido. Aquello era el primer fruto de su charla, a la desesperada, con Piqué, el cual – siempre según contó la propia protagonista de la historia – le aconsejó que él siempre conseguía lo que se proponía, si no de una forma de otra. Y que lo tuviese en cuenta…
No me ha gustado nada incluir el tema, pero considero que debía saberse por ser sumamente descriptivo de la personalidad de Joan Piqué.”
Me recuerda un comentario:
ACOSO SEXUAL: delito cometido por el que solicitare favores de naturaleza sexual para si o para un tercero en el ámbito de una relación laboral, docente o de prestación de servicios, o prevaliéndose de una situación de superioridad laboral y este comportamiento provocare a la victima una situación intimidatoria, hostil o humillante.
Artículo muy recomendable…
1. Juan Córdoba Roda - El País
www.elpais.com › España › Cataluña - En caché
29 Oct 2006 – solía decir Juan Piqué Vidal cuando algún juez, abogado o cliente le llevaba la contraria, fuera en un escrito o por teléfono. De eso ya hace ...
"REPORTAJE: Piqué Vidal cumple un mes en Brians
'Don Giovanni', finalmente entre rejas
El que fuera abogado penalista más célebre pasa sus días en la cárcel dedicado a la limpieza y sin generar problemas. El caso podría finalizar con su expulsión
• "Qué vol aquest pelat?", solía decir Juan Piqué Vidal cuando algún juez, abogado o cliente le llevaba la contraria, fuera en un escrito o por teléfono. De eso ya hace más de 15 años, cuando estaba en el cenit de su carrera y no había caso penal de enjundia en Barcelona que no pasara por su despacho del número 612 de la avenida Diagonal. Para entonces Piqué Vidal ya había olvidado que era el hijo de un tendero de ultramarinos de Poblenou y se había convertido en El Abogado que muñía turbias relaciones entre los poderes poder político, empresarial y judicial. Don Giovanni, como le llama un colega para referirse a aquellos vínculos, jamás pudo imaginar que acabaría traspasando el umbral de la cárcel de la que libró a decenas de clientes…
Seguramente porque es un hombre de profundas convicciones religiosas, Piqué confía en pasar la Navidad en casa, sea de permiso o con el tercer grado. Al menos así lo ha confiado a las personas de su círculo más íntimo. Y el calendario cuadra si se repasan las normas procesales…"
Doy fe que el calendario no cuadró nunca para la mayoría de los presos... pero Piqué no pertenecía a esa mayoría... pero esa es otra historia ya contada.
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