y mi deseo para el entrante es que la LEY SINDE me permita continuar.
Rafael del Barco Carreras
Barcelona 1-1-2012. Me inicié en INTERNET en 2007, siempre digo como una vaca en una cacharrería, con www.lagrancorrupcion.com, un regalo de mi amigo Luis Toribio Troyano. La intención publicar mi libro “Barcelona, 30 años de corrupción”, a lo que siguieron cortos artículos. Aseguraría que sumé tantos lectores como insultos y virus. Fue tan imposible mantener la web operativa que abrí a la par www.lagrancorrupcion.blogspot.com manejable para y por mí solo, y a salvo de salvajadas.
Emperrarme en 2007 que la Gran Corrupción era una enfermedad, o estado anímico de nuestra Política, me pronosticaba un mal futuro. Amenazas las hubo ¡y hay!, pero entre que los corruptos o sus bobalicones adictos ya no se atreven con aquello de que “cree el ladrón que todos son de su condición”, y que la realidad confirma mis postulados, no solo no se han cumplido las profecías de que acabaría enterrado en denuncias, sino que las alabanzas superan en mucho los insultos o comentarios negativos.
Celebro la entrada en el sexto año porque las más o menos 500.000 páginas visitadas en estos años me indican interés, y el paulatino aumento de enlaces y publicaciones en periódicos digitales, webs y blogs, me anima. Pero además estoy convencido que en el próximo futuro, no solo la total catarsis (del griego purificación) que sufrirá España, y en especial Cataluña, levantará, por fuerza de las batallas a por dinero o imposibilidad de obtenerlo, tantas alfombras, que me ayudarán en mi empeño clarificador.
La clase política se desacredita a marchas forzadas, y aunque el Régimen resulte casi imposible “abrirlo” (instaurar una Democracia REAL) para escribir la real Historia de estas últimas décadas, tan imposible como resultó conocer las entrañas del Régimen de Franco, al igual que en cualquier gran familia ante el reparto de una compleja herencia, y máxime si los saldos son tan negativos, los trastos volaran de unos contra otros… y sabremos sobre los generalizados engaños.
Es lo único que podemos desear y quizá obtener del año que empezamos… si no nos estrujan tanto que nuestra capacidad crítica se deba supeditar por entero al “primun vívere”.
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