Rafael del Barco Carreras
Barcelona 8-12-2011. Cuando a mis 26 años, tras diez de burocracia bancaria y clases nocturnas, me inicié como “empresario” (entre comillas porque de contable a empresario pasaron años en una especie intermedia que no sabría definir o no viene al caso) mi abogado Rucabado Verdaguer (fallecido) me contaba que por mil pesetas en los pasillos del juzgado se contrataba un “testigo”, o antes de los setenta ya había pagado a algún “conseguidor” para algo tan peregrino como hacer una zanja para conectar FECSA a una obra, el mazazo intelectual para un muchacho de barrio (El Coll-Vallcarca) fue tan tremendo que recuerdo perfectamente las escenas pasados casi 50 años. Un atentado contra una absoluta virginidad que desde entonces no ha parado de sorprenderse del País en el que le ha tocado vivir… gozando y penando. Y mis experiencias unen desde la “sección de la cooperativa de crédito” de Aldea a la “compra” (tampoco me alargaré en esa fusión) de la CAM por el Sabadell. Repito… ¡Estamos donde estábamos! ¡Pero mucho peor!
Y en un totum revolutum España alcanza el cenit esta semana en Marsella y Bruselas, donde tras poner en jaque a Europa entera, se juega no solo el futuro del Euro, sino su propio futuro, que sin duda de no alcanzarse unos pactos que encaucen el disparate alcanzado, retrocederá con suerte a los años 50… sin perspectivas de aquellos 60 del desarrollo franquista.
Pero acudiendo a mis experiencias “a ras de suelo”, comparando los casos que en este momento conmocionan las portadas, nunca imaginé que aquellos testigos del lumpen por los pasillos de los juzgados de Barcelona intervendrían en el caso 11-M (200 muertos, revulsivo y vuelco en la Historia de España), pagados a tenor del 2007, o un muchacho salido del Barça que por los 90 festejaba sus triunfos en su restaurante-capricho-club del Pasaje Mercader, y con la princesa, sustituida una novia anterior, conseguían llenos y reservas en el cercano bar-restaurante Velódromo, o desbordaban el Bar Paris de la calle Aribau-París, se convirtiera por Duque de Palma en un clásico “conseguidor”.
Si aquella Barcelona de los 60 es incomparable en cifras a la actual, tampoco aquellos “conseguidores” se parecen a Urdangarín. LA CAIXA, el IESE, ESADE, la Generalitat o EL TRIPARTITO, nada tienen que ver con un permiso para una zanja, ni menos Barcelona, Palma o Valencia necesitaban un genio del balonmano capaz de facturar en falso. Repito… necesitaban una princesa para defensa mediática o judicial si se tiraba del hilo de sus infinitos documentos falsos. !Falso paraguas! Hasta el Ayuntamiento socialista de Barcelona contrataría a la hermana de la cuñada.
Es imposible que Marsella o Bruselas entiendan la trastienda del Rajoy que tendrán delante, como no entendieron al zascandil trapacero anterior… pero ni esa vulgaridad es cierta, como nada en España es lo que parece, y por enmerdar repetiré que cuando se endeudaban con ella hasta las cejas… conocían perfectamente con quien se jugaban los cuartos y a quien habían pagado en negro las comisiones del AVE Madrid-Sevilla… por ejemplo.
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