El PSOE encajó con un sentimiento contradictorio la presencia del presidente de la Comunidad, Ramón Luis Valcárcel, en los pasillos del Congreso de los Diputados. El presidente murciano hizo su aparición a mediodía arrastrando una nube de periodistas ávidos de saber qué iba a votar el Partido Popular en la Comisión Constitucional de la tarde.
Nada nuevo bajo el sol. Para el mandatario murciano su partido no debía abstenerse, sino votar en contra a menos que el PSOE le diera la vuelta como a un calcetín a las propuestas sobre agua y el Trasvase Tajo-Segura recogidas en el estatuto castellano manchego. Para el portavoz adjunto del PSOE, Eduardo Madina, la presencia de Valcárcel horas antes de la sesión era la prueba de que el presidente murciano es quien manda en este asunto.
Ambiente caliente
Valcárcel acudió para apretarle la tuercas a su partido. Aunque una definición más políticamente correcta sería que viajó a Madrid para interesarse por el futuro del acueducto. Departió durante unos segundos, unos apretones de mano con los diputados socialistas Mariano Fernández Bermejo y Sara García, y acto seguido, acompañado por Alberto Garre y Pilar Barreiro, se metió en un despacho con la portavoz Soraya Sáenz de Santamaría. Después lo hizo con Mariano Rajoy. Mientras tanto, el ambiente se calentó con el rumor de que el presidente castellano José María Barreda estaba a punto de llegar al Congreso, aunque no apareció.
Leire Pajín recorrió fugazmente el pasillo camino de la sede de su partido en Ferraz y se limit ó a recordar que sin consenso PSOE-PP no había Estatuto, lo cual era una premonición de lo que podía suceder por la tarde. La 'número tres' del PSOE dijo que había llamadas en una y otra dirección pero ninguna propuesta del PP. Momentos después, el diputado por Alicante Federico Trillo explicó que no iba a estar presente en la Comisión Constitucional porque tenía que atender la reforma del Código Penal que se iba a sustanciar en la sala de al lado a la misma hora. Su lugar lo iba a ocupar el parlamentario murciano Andrés Ayala. Una persona de la confianza de Valcárcel, según resaltó Federico Trillo.
A su vez, Jordi Xuclá, el diputado de CiU que dio su voto al PSOE en la Ponencia, también iba a dejar su puesto a un compañero, Jordi Jané, con el aviso de que su partido se abstendría. Xuclá tenía otros frentes que atender en Cataluña y pronosticó la retirada del texto porque no se habían movido las posiciones.
Eduardo Madina no escatimó críticas hacia la postura del PP y arremetió contra Valcárcel al señalar que había «privatizado el discurso del agua» obstaculizando el Estatuto de Castilla-La Mancha. «Le he visto por el pasillo, supongo que habrá venido a decirle al Partido Popular lo que tiene que votar esta tarde».
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