LA SENTENCIA N.18 DEL 12-4-2011 SEC.1ª AUDIENCIA PROVINCIAL DE BIZCAIA.
Rafael del Barco Carreras
Barcelona 19-04-2011. Siempre armado de mi total escepticismo acudí desde septiembre del 2009 a junio del 2010 al juicio que a mi entender remataba la serie de juicios contra Javier de la Rosa y la Gran Corrupción Barcelonesa del 1980 al 1996.
Fiscalía Anticorrupción contra dieciséis acusados entre inspectores de Hacienda, empresarios y supuestos colaboradores. El juicio tenía doble o triple interés para mí por cuanto hasta los abogados defensores, no solo entroncaban con el Caso Consorcio de la Zona Franca de Barcelona de 1980, sino que por las conclusiones provisionales de Fiscalía algunos supuestos delitos pudieran haberse juzgado entonces si el juzgado de instrucción y la Audiencia de Barcelona hubieran admitido las pruebas que solicité para mi defensa. Pasados 30 años y revivía la oficial Corrupción que acabó conmigo.
Seleccioné mi asistencia por la pesadez de las sesiones, en definitiva yo ya tenía mi juicio paralelo; todos culpables. Pero a poco que pasaban los días las dudas desmontaban mis prejuicios. Aquel mejunje de acusados complicaba no solo el juicio sino cualquier composición de lugar preestablecida, pero si en principio, y aun en contra de mi inquina contra la Fiscalía Anticorrupción, sus conclusiones, aunque pocas y pobres me parecían acertadas, sucediéndose las sesiones cambiaba de opinión.
Fiscalía había compuesto un deshilvanado novelón para a mi entender evitar el banquillo a los verdaderos culpables por acción y omisión; la cúpula de Hacienda incluidos ministros, secretarios de Estado, y directores generales. Pasé de creer que los inspectores acusados eran culpables sin paliativos, a dudar, y sin dudas sobre la culpabilidad de sus librados jefes.
Pero el vaso de mis dudas se rebasó con las declaraciones como testigos de inspectores, ex inspectores y jefes de Hacienda. De inmediato descubrí que aquella Hacienda era un nido de víboras, y que además de los posibles delitos, allí se volcaban las inquinas, odios, y puñaladas traperas propias de una institución donde se paleaban millones, y hacerse rico era casi un común denominador.
El clímax se alcanzó con las pruebas periciales y los peritos de la defensa y de Hacienda-Fiscalía de “Núñez y Navarro”. Si hubiera escrito mis sentimientos, con insultos incluidos, sin duda en los comentarios me hubieran acusado de venderme a Núñez y Navarro. Tampoco tenía ganas, que por defensas que no me incumbían, me ganara alguna denuncia, como ya me sucedió años antes según demuestro en “Barcelona, 30 años de corrupción”.
Y a lo que iba por la reciente sentencia de la Audiencia de Bilbao; se plantea el mismo problema aunque resumido, manejable, lógico, pero también con la Fiscalía Anticorrupción perdida entre interesados y torticeros peritos y peritajes, y dice la absolutoria sentencia que adjunto en imágenes en www.lagrancorrupcion.blogspot.com;
“Los informes exceden notablemente de lo que debería ser un informe pericial. Se supone que el informe pericial debería aportar conocimientos técnicos de una materia determinada y en parte así lo hacen los informes periciales pero gran parte de los informes periciales y conclusiones entran en cuestiones jurídicas, que le son totalmente ajenas a los peritos y que son competencia exclusiva del Tribunal. Por otra parte muchas de sus conclusiones carecen de rigor y se llega a las mismas sin fundamentación alguna o insuficiente, basándose únicamente en las declaraciones prestadas en la fase de instrucción por los acusados y los testigos.”
Hacienda y Fiscalía se constituyen “juez y parte”; y si como sucede en Barcelona falta documentación, porque se ha robado de la propia Hacienda ¡por vete a saber quien!, montan un guión con pruebas “circunstanciales”, y al final entre peritos y largas sábanas de números recompuestos partiendo de preestablecidas premisas, se añaden virulentos ataques por amoralidades y contubernios entre los acusados, y se fabrica la causa… excluyendo en nuestro caso a la Hacienda del Gobierno Felipe González, y si se hubiera tirado del hilo DIAGONAL MAR, el de la Generalitat de Pujol y del socialista Ayuntamiento de Barcelona.
La Dictadura del Funcionariado. Una sentencia similar hubiera evitado la muerte el pasado mes en la cárcel, como un perro !y que me perdone!, de Luis Dalmau Albert acusado por aquella Fiscalía-Hacienda.
Y aquellos vientos crearon las actuales tempestades…
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