JAVIER DE LA ROSA
IX. JUICIO A LA CORRUPCIÓN EN LA DELEGACIÓN DE HACIENDA DE BARCELONA.
Rafael del Barco Carreras.
Semana del 5-10-09. Fiscalía se inició manejando la infinidad de datos, casi todos, cuentas y pagos en Suiza y otros paraísos fiscales, proporcionados por José María Folchi a la Corte de Londres acusados por los kuwaitíes. Javier con cantidades de 1987 e incoherencias provocó risas del Tribunal y de toda la sala. 90.000 $ eran una nimiedad. Lo comunicado a los periodistas, el acusado Folchi, le engañó.
Si Huguet culpó a sus subordinados, Javier convertía al abogado del Estado y ex consellé de la Generalitat por la UCD de Adolfo Suárez, el joven José María Folchi en el suyo, que decidía cualquier solución contable (facturas falsas por miles de millones) y sobre pagos (más miles de millones), sin comunicarle nada. E incluso, multimillonario por las ganancias en bolsa con el Grupo KIO, los pagos de concretos talones a los inspectores de Hacienda eran de su exclusivo interés. Hasta aquí todo normal, dos acusados intentado culpar a los demás, sin demasiado éxito.
Él, insistía endiosado, no necesitaba ni al Delegado de Hacienda Aguiar, ni al jefe Huguet o su abogado intermediario Folchi, ni menos a sus subordinados, tenía relación directa con el Ministro Solchaga (que en concreto en una ocasión le pidió interviniera en la bolsa de Nueva York para sostener las acciones de Torras, operación, decía, justificando un crédito entre sociedades de 40.000 millones, perdiéndose varios miles de millones), el Secretario de Hacienda Josep Borrell y con el presidente de la CNMV Luis Carlos Croissier, cuyas esposas, francesas, invertían en Bolsa y en sus valores del Grupo KIO. El grupo industrial más poderoso del País, eso rezaba la inmensa publicidad, con UN BILLÓN de pesetas de facturación que jamás pagó a Hacienda declaración positiva alguna. La última declaración de renta de Javier es negativa. Pero quizá las altas instancias políticas sí necesitaran de los altos funcionarios para materializar tanta falsedad, guardándose las carpetas hasta que diez años después se utilizaron en las primarias (únicas en el PSOE con Joaquín Almunia de oponente) contra el posible secretario general y candidato a la Presidencia de la Nación Josep Borrell.
¿Cuándo y cómo conoció a José María Folchi? La respuesta me puso en tensión: 1981. Le visitó en Banco Garriga Nogués. Si la relación Huguet (inspector jefe)- Pascual Estevill (mi abogado) se inicia el año anterior, y la de Folchi-De la Rosa el siguiente, encaja en “Barcelona, 30 años de corrupción”, con un dato esencial, José María Folchi, representa la UCD.
16-01-81, el Juez de Instrucción del Caso Consorcio de la Zona Franca, a mi petición, cita e interroga a Javier, a quien yo no conocía. Con los datos aportados, encarcelados tres individuos por el caso, aquel día hubiera debido entrar Javier, o debían iniciarse una serie de investigaciones (cuentas del Banco Garriga, talones y concretas operaciones). No hubo lugar, ni a pruebas ni más citaciones.
Declara De la Rosa que Folchi le visitó para solucionar el gran agujero que tenía UCD en Barcelona, que lo solucionó, y recalca, de su bolsillo le dejó 5 millones de pesetas para montar un despacho, pues le confesó no tenía un duro. Alucinante. Mis acusadores estrujando a Javier de la Rosa.
Si los socialistas de Narcís Serra (nuevo Presidente del Consorcio) y Pascual Maragall (quizá acompañados con su íntimo Guerau Ruiz Pena, ex del bufete Pascual Estevill) ya habían pasado por el Banco, no era necesario que José María Folchi, cabeza de UCD y Carlos Güell de Sentmenat (nuevo Delegado del Estado, UCD, en el Consorcio) amenazaran o chantajearan para obtener dinero y créditos. Iban a tiro hecho, pieza abatida. ¿Por qué si no un banquero se mostrará tan generoso con un partido y sus jefes que en Barcelona han perdido las elecciones y en declive? Él, con el busto de Franco en su despacho, se sentaba muy a la derecha hasta de su propio íntimo Eduardo Bueno Ferrer (acusado en este juicio) presidente en Barcelona de la AP de Fraga Iribarne, y primera firma del desfalco del Banco Garriga.
Es difícil entender que un director de un Banco, en principio una pequeña agencia del Banesto, el primer banco nacional, operando al igual que las demás agencias de Barcelona a través de su central informático-contable, dispusiera a su capricho de hasta 100.000 millones (todo su pasivo, cuentas de clientes) y avales a los “socialistas” no contabilizados (abonados e impagados en las cajas andaluzas según contara a la prensa Magdalena Álvarez, jefa de Inspección a las órdenes de Borrell), sin despertar intervenciones internas y ajenas. Por fin intervino el Banco de España con su hombre en Banesto, López de Letona. La historia final del Garriga descubrirá que hubo intervenciones y formaron parte del reparto, y que además el propio Banesto (que también quebraría y no solo por Mario Conde) a través de su constructora AGROMÁN estaba involucrado en el saqueo al CONSORCIO DE LA ZONA FRANCA DE BARCELONA. Continuará…
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